Guadalupe-LoaezaNo se puede hablar del Día de la Mujer sin hablar del machismo. Y ya no se puede hablar del machismo sin referirse a Marina Castañeda, quien acaba de publicar, con la caricaturista Eva Lobatón, “El Machismo Ilustrado (Edit. Taurus). Se trata de la versión en cómic del libro ampliamente conocido: “El Machismo Invisible”, de la misma autora.

Hace un par de días coincidí con Marina (y con Lydia Cacho) en un evento organizado por el Instituto de la Mujer en Nuevo Laredo. Mientras esperábamos en el aeropuerto el avión de regreso a la Ciudad de México, Marina me explicó por qué el machismo, un tema de suyo muy complejo, es a la vez idóneo para ser ilustrado en forma de historieta. “Los personajes clásicos del machismo (el político prepotente, el patrón arbitrario, el padre de familia autoritario, el hermano descalificador y el marido controlador) se han vuelto figuras de caricatura. Y lo peor del caso es que no se dan cuenta de ello. No solo actúan de forma desagradable sino que hacen, a estas alturas del partido, el ridículo, sin dejar de tomarse muy en serio”.

Esto hace que el machismo light -es decir el no violento- nos pueda hacer llorar, o bien reír, una vez que hemos (las mujeres) acabado de lamernos las heridas. “Por ejemplo los hombres que aseguran que no son machistas, porque le permiten a su mujer trabajar, a mí me causan risa” -dice Marina- “y por supuesto los hombres que llaman a su esposa al celular 10 veces al día para preguntarle ¿dónde están, con quién, de qué hablan, por qué se tarda tanto tiempo, a qué horas regresará a casa? -y todo esto bajo el pretexto del gran amor y preocupación que le tienen a su pareja- son irritantes, pero a la vez ridículos. Yo quisiera ver a un mujer hacerle lo mismo a su esposo, quien no lo toleraría ni durante medio día”.

Lo más llamativo de todo es que este tipo de machismo persiste aún entre los jóvenes que siguen teniendo las mismas expectativas que sus padres. “Muchos hombres jóvenes quieren tener a una esposa que estudie, trabaje y tenga un ingreso, pero que a la vez les atienda y se ocupe de los niños de tiempo completo. Y también hay muchas jóvenes que desean tener un marido que las deje trabajar, que las respeten, que las trate de igual a igual, pero que las mantenga y les cumpla todos sus caprichos (tarjetas de crédito, coches, viajes y demás ‘detalles’ que creen merecer)”.

Paco Calderón, quien presentó el libro “El Machismo Ilustrado” junto conmigo en la reciente Feria del Libro de Minería, elogió con entusiasmo las ilustraciones de Eva Lobatón, haciendo hincapié en la justeza del trazo de las expresiones faciales y del lenguaje corporal de los personajes. Habló de la dificultad de mantener durante todo un libro de 130 páginas, la calidad y la continuidad de las figuras, que adquieren así una personalidad y una sicología propias. Asimismo añadió que este nivel de profesionalismo en la caricatura sólo viene al cabo de muchos años de experiencia.

Marina Castañeda y Eva Lobatón trabajaron, al alimón, durante un año en el proyecto, tomando ejemplos del libro El machismo invisible y de sus propias experiencias. No hay que olvidar que Castañeda es una psicoterapeuta con 25 años de experiencia y ha vivido en varios países. Lo que le ha dado una gran riqueza de observación. Además, creció con dos hermanos varones mayores que le enseñaron desde muy temprana edad las reglas del machismo invisible: obedecerles sin jamás criticarlos, siempre cederles la palabra y la razón. Aplaudir todos y cada uno de sus actos, hazañas y opiniones.

Al final del libro vienen “Los Diez Mandamientos del Machismo” (“Nunca reconocerás tus errores”, “Nunca reconocerás tener miedo”, “Nunca compartirás el estado de tus finanzas con tu mujer”, etcétera), así como dos cuestionarios maravillosos: uno para hombres (“¿Eres un machista?”) y otro para mujeres (“¿Vives con un machista?”). Estoy segura que la mayoría de los lectores se reconocerán en uno o el otro.

Este libro está especialmente dirigido a los jóvenes para que dejen de caer sin pensarlo en las viejas trampas, maquinaciones y maniobras del poder de las generaciones anteriores. El libro ya existe como e-book. Pero yo considero que también debería estar presente en todas las escuelas del país y debería ser lectura obligada para nuestros gobernantes, pero sobre todo para todos los maridos, papás y hermanos que juran y perjuran que no son machistas.

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