La mamá del Oscar.

Guadalupe-LoaezaEstimada señora Cuarón: Me permito escribirle porque si no hubiera sido por usted, su hijo Alfonso no hubiera ganado el Oscar como el mejor director y no hubiera enorgullecido a tantos mexicanos. (“Un día histórico”, como consignaron muchos diarios en sus ocho columnas). Es más, no hubiera existido. He aquí la última frase del discurso que pronunció en la entrega número 86 de los premios de la Academia de Hollywood: “Esto es gracias a ti mamá. Si por algo estoy aquí, es por ti, y esto es para ti. Te amo”. Lo anterior lo dijo (después de dirigirse al público en un inglés un poquitito atropellado) en su lengua materna, la que aprendió, seguramente antes de nacer, cuando se encontraba en su vientre mientras flotaba en el líquido amniótico. Seguramente escuchó mejor su voz cuando salió al mundo y por primera vez respiró aire, por sí solo.

Tal vez allí, el bebé Alfonso percibió lo que significa primero flotar a merced de la falta de gravedad para después respirar oxígeno. Tal vez esta vivencia tan particular e importante para cualquier ser humano la guardó en su inconsciente. Y tal vez, muchos años después, empezó a soñar con ella e incluso, hasta a obsesionarse de esas dos sensaciones, flotar a falta de gravedad y respirar a todo pulmón. ¿Acaso Sandra Bullock no hace exactamente lo mismo al final de la película? Su mirada lo dice todo. Como bien dijo su hijo frente a todo ese público que lo aclamaba: “Sandy tú eres Gravity, eres el alma y el corazón de la película, una gran colaboradora y una de las personas más maravillosas que he conocido”.

Sé, mi querida señora Cuarón, que cuando Alfonso era niño quería ser astronauta. Sé que a los 12 años obtuvo su primera cámara. También sé que, de adolescente, le mentía de vez en cuando al decirle que iría a casa de un amigo, cuando en realidad se iba al cine. “Sus planes de vida eran y fueron desde muy niño hacer cine. Desde muy chiquito tuvo una Súper 8 y se dedicaba a filmar todo el tiempo a su familia. Usaba a sus hermanos de props y de actores; era su juego cotidiano”, dijo su ex nuera, Mariana Elizondo, para “Reforma”.

He allí una verdadera vocación. Si a todo lo anterior, le añadimos todos los éxitos que ha tenido a lo largo de su trayectoria, con películas como por ejemplo: “Children of Men” (2006), “Y Tu Mamá También” (2001), “Sólo con tu Pareja” (1991), entre muchas otras y contamos los premios Globo de Oro, los de BAFTA y el de DGA, era de esperarse que este cineasta, tan profesional y perfeccionista, obtendría finalmente el Oscar por la mejor dirección. (El primer latinoamericano que logra tal distinción).

Después de “Gravedad”, el cine ya no será el mismo. ¿Cuántas horas de sueño ha de haber sacrificado, buscando en su casa soluciones a todos los problemas con los que se topaba durante la filmación? Y, ¿cuántas canas le habrán salido, mientras explicaba a los técnicos para lograr los efectos visuales, por los que también los realizadores Webber, Lawrence, Shrik y Corbould obtuvieron un Óscar? Contando, naturalmente el Óscar de Edición de Sonido, Mezcla de Sonido, Fotografía, Edición, Música Original y el de la Dirección. ¡Siete en total! Como bien dijera su ex mujer: “Cuarón tenía que triunfar”.

Y, ¿qué me dice de su nieto Jonás, el “maravilloso” guionista de “Gravity”?: “Jonás llegó al cine por otro camino, uno que al final también es virtuoso, y fue el de resistirse a caer en el terreno de papá. Mientras tanto, estudió letras inglesas y arte visual; luego empezó a escribir. Un rato le dio por la música, escribió teatro en la escuela, montó su obra y, cuando ya no supo qué inventarse, sucumbió haciendo de su tesis un ejercicio animado con 3 mil fotografías (…) Cabe mencionar que pasaba mucho tiempo en el set con su papá. Tal vez ahí le entró el gusanito, pero tenía que resistirse: eso es lo que manda la rebeldía juvenil”, agrega Mariana, su madre, escritora, música del clavecín y una gran tejedora.

Miro con cuidado la fotografía publicada en nuestro periódico en la sección Gente y observo que lleva usted, creo, un rebozo cruzado sobre una blusa en encaje color té muy bonita. Hay algo en su expresión que me evoca a mi madre, doña Lola. Qué bonito que Alfonso Cuarón, ahora, uno de los cineastas más famosos del mundo, no se hubiera olvidado de mencionar a su madre. Como ser humano, esto habla muy bien de Alfil.

Por último, querida señora Cuarón, la quiero felicitar y agradecer por haber dado a luz a un verdadero mago del cine. Atentamente, GL.

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