Crisis de Imaginación
Estamos tejidos de la misma tela que los sueños
Shakespeare
¿Alguna vez te has preguntado qué o quién hace el mundo que nos rodea? Algunos responderían que Dios; sin embargo, sería una respuesta incompleta…
Sospecho que pocos afirmarían que Dios hizo los autos que manejamos, los edificios que habitamos, la comida que comemos (mucha de dudoso valor nutricional), los programas de TV que vemos, los problemas en que nos metemos, las crisis que atravesamos, etc. Creo es válido afirmar que todo ello son creaciones de la humanidad. Sin embargo la respuesta sigue siendo poco específica.
Quiero sugerir la posibilidad de que todo, absolutamente todo lo que nos rodea es producto de la imaginación…
“¡Ya salió el peine!” casi puedo escuchar decir al amable escéptico leyendo estas líneas… “ya sabía que nos iba a salir con una de esas ondas ´new age´. Ese rollo de que nuestros pensamientos crean la realidad y que lo único que necesitamos en pensar positivamente y el ´universo´, cuan genio de la lámpara, cumplirá todos nuestros deseos. ¡Tonterías!”
Permítame un momento señor escéptico. Lo que estoy sugiriendo es algo mucho más sencillo, y espero, más tangible. Te pido mires a tu alrededor por un momento… en serio, mira a tu alrededor. Nota que todo, absolutamente todo lo que vez, desde la silla donde estás sentado, la ropa que traes puesta, la computadora donde estás leyendo esto, el cuarto en que te encuentras, el edificio, la ciudad, etc., todo surgió de la imaginación de alguien. No hace mucho, nada de ello existía, y hoy aquí esta. La profesión que desempeñas, los productos que compramos o vendemos, las historias de las que formamos parte, los conflictos, las guerras, tu personalidad, tus relaciones, etc. Todo producto de la imaginación.
“¿Está usted sugiriendo…” pregunta nuestro escéptico… “que cada uno es el creador y la medida de todas las cosas? No le parece demasiado presuntuoso e incluso peligroso?” ¡Buen punto! No, ciertamente no todo es producto de una sola imaginación. Más bien es resultado de la energía de todas nuestras imaginaciones combinadas. Por ejemplo, las experiencias de una pareja, son resultado de la compleja interrelación entre las partes. Del mismo modo, la historia, situación y futuro de una nación, provienen de la imaginación colectiva de todos sus miembros.
Mirando la situación de nuestro país, pareciera que más allá de las muchas crisis que estamos viviendo (de seguridad, financiera, de credibilidad, etc.) la mayor de todas es la crisis de imaginación. O para ser más precisos, la aparente incapacidad (o falta de voluntad) de imaginar un mundo diferente; una casi patológica imposibilidad de soñar un país distinto. Si bien a cada rato escuchamos hablar del ingenio del mexicano, desafortunadamente dicho ingenio parece enfocarse en la sátira, en la burla y en la ironía (o peor aún, en la manera de evitar el trabajo o sacar ventaja de los demás). Ciertamente ingenioso, pero de poca utilidad si lo que realmente queremos en un México mejor.
Puedo ver a nuestro querido escéptico frunciendo el entrecejo. Si, efectivamente es más fácil dudar y cuestionar, y sin duda es necesario hacerlo ¡pero cuidado! la distancia entre el escepticismo y el cinismo es muy corta, y el cinismo aporta poco y asfixia a la imaginación. . La crítica es sana y necesaria, pero nuestro país está lleno de crítica y sarcasmo, cuando lo que en verdad necesitamos es imaginación.
Necesitamos gente capaz de soñar un país diferente y dispuesta a trabajar por hacer ese sueño realidad. Así como alguna vez alguien soñó el edificio donde estas en este momento (y del cual hoy te beneficias), México requiere hombres y mujeres capaces de imaginar nuevas y mejores formas de hacer las cosas y de ser. No tener miedo de señalar lo que no funciona, pero no quedarse ahí, sino ser propositivos, sugerir primero y hacer realidad después nuevas soluciones.
Todo, siempre ha comenzado con un sueño.Los sueños le dan forma al mundo. Hoy les invito a soñar. Soñemos juntos el estado, el país y el planeta en el que queremos vivir, pero no sólo soñemos, sino también, trabajemos por hacer esos sueños realidad. Cierto, soñar solamente no va a cambiar nada, pero sólo por ahí podemos empezar, creando una visión de lo que es posible y luego hacerla realidad. No sé cuántos de nosotros tomará. Pero debemos soñar, y si suficientes de nosotros soñamos, entonces sucederá. Recuerda, los sueños dan forma al mundo.
Pero por otro lado, tal vez estoy totalmente equivocado…