En el marco del Foro Estado, evaluación y trabajo académico, que organizan el Sindicato Único de Personal Académico de la Universidad Autónoma de Querétaro (SUPAUAQ) y la Federación de Entidades Organizadoras de Congresos y Afines de América Latina (COCAL), académicos impartieron la conferencia magistral “Las políticas de evaluación, el trabajo académico y las organizaciones sindicales en México”.

En esta temática participaron como ponentes el Dr. Víctor Hugo Aboites Aguilar, rector de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM); el Dr. Edgar Belmont, profesor investigador de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), y la Mtra. Rosa Manoatl Escobar, de la Universidad Nacional Autónoma de México.

En su participación, el Dr. Aboites Aguilar señaló que hoy, en México, existe una manía por evaluar, la cual, dijo, “se ha convertido en el propósito fundamental de la acción del Estado para, supuestamente, mejorar la educación; a pesar de estos 20 años, ha demostrado que no funciona. Es un error fundamental en el que estamos viviendo desde hace décadas”.

Explicó que hay dos respuestas para este problema histórico: la primera se refiere a que la evaluación educativa nació a principios del siglo XX como una interpretación errónea de la teoría de la evolución, como un instrumento diseñado para separar y seleccionar a las personas; la segunda, a la aplicación agresiva de esta medida en los años ochenta por el Estado Mexicano, como el mecanismo fundamental de los organismos internacionales para introducir cambios en este país.

En este sentido, este último punto estuvo influenciado por múltiples y variados intereses de los mismos evaluadores, de gobiernos, de organismos internacionales, de burocracias de la educación y de cúpulas empresariales; “y muy poco a la urgente necesidad de reparar y reorientar una educación en crisis: esto debería de ser el objetivo fundamental de una reforma a la educación”, puntualizó.

Asimismo, indicó que, en la lógica de la modernidad, la selección social de aquellos que se piensa que van a ofrecer resultados con su educación tiene como propósito el uso eficiente de los recursos económicos. “La evaluación como nos llega a nosotros no nació para mejorar la educación, nunca ha sido su finalidad”, pues la calificó como punitiva, centralizada, ajena a las condiciones locales, uniformizadora y vertical.

Ante este panorama, existen propuestas desde los movimientos magisteriales que están centradas en plantear una evaluación progresiva que vaya de lo local a lo nacional; fincada en la participación de maestros, estudiantes, docentes, padres de familia y comunidad; democrática, horizontal, integral y orientada hacia la mejoría.

En esta actividad, el Dr. Edgar Belmont, coordinador del Doctorado en Estudios Interdisciplinarios sobre Pensamiento, Cultura y Sociedad de la UAQ e integrante del Cuerpo Académico “Trabajo, cultura y región”, ofreció una plática orientada a los procesos de desmantelamiento del actual modelo educativo.

Asimismo, la Mtra. Rosa Manoatl Escobar compartió la charla “La calidad de la educación superior: una tensión entre lo deseable y lo posible”, en la que habló de los problemas que enfrenta la educación hoy en día: la masificación, reducción del financiamiento, la creciente privatización, el aumento en la responsabilidad de las universidades y profesores por la falta de calidad y la mercantilización de los servicios educativos. “Este panorama nos lleva a una emergencia de nuevos campos en el conocimiento”, agregó.