São Paulo (IQ-USP), en Brasil, desarrollaron “narices electrónicas” capaces de identificar y clasificar –por el olor– distintos tipos de maderas y de plásticos, y de detectar precozmente la contaminación de naranjas por hongos.
Algunos de estos dispositivos se elaboraron en el marco del proyecto “Nuevos polímeros conjugados para células solares y narices electrónicas”, que contó con el apoyo de la FAPESP.
“La tecnología es sumamente sencilla y barata, y tiene diversas aplicaciones”, declaró Jonas Gruber, docente del IQ-USP y coordinador del proyecto, a Agência FAPESP.
Las “narices” están formadas por un conjunto de sensores de gases que alteran la conductividad eléctrica de algunos de los materiales en que están elaboradas (entre éstos, polímeros conductores, un tipo de plástico), a medida que interactúan con vapores de sustancias volátiles tales como aminas, alcoholes, cetonas y compuestos aromáticos.
La variación de la conductividad eléctrica del conjunto genera una señal eléctrica específica, que se convierte luego en señal digital. Un software de computadora lee dicha señal y en cuestión de segundos identifica qué tipo de sustancia volátil está en contacto con el dispositivo.
“Dependiendo de la naturaleza del gas que entra en contacto con el material polimérico de los sensores, la nariz electrónica tiene una respuesta distinta”, explicó Gruber.
Un logro en especial hizo posible el desarrollo de estas narices. El investigador y su grupo del IQ-USP sintetizaron y caracterizaron nuevos polímeros conductores derivados de dos tipos específicos de polímeros, los poli-p-fenilenovinilenos (PPV) y los poli-p-xililenos (PPX), para construir los sensores.
Por: noticiasdelaciencia