Psicólogos en las escuelas: ¿Lujo o necesidad?

Hoy quiero compartirles algunas reflexiones en torno al discurso que venimos escuchando desde hace varios años en torno a la calidad educativa, y que ha sido más vibrante en los últimos tres años.

Es una realidad que la educación en México aún tiene áreas de oportunidad, pero no todo es responsabilidad del docente frente a grupo, existen variables importantes que permean en el aprovechamiento escolar, la mayoría de ellas tienen su origen en el seno familiar y social en el que se desenvuelven los estudiantes. Uno de los factores fundamentales para que los índices de desempeño escolar no se alcancen de manera satisfactoria es la pobreza multidimensional.

El INEGI reconoce que la pobreza multidimensional :

incluye el análisis de tres espacios necesarios para el desarrollo de la población: el bienestar económico, los derechos sociales y el contexto territorial… una persona está en situación de pobreza multidimensional cuando carece de recursos para conseguir los servicios y bienes que le permitan cubrir sus necesidades básicas y además tiene carencias en indicadores como: acceso a servicios de salud, educación, seguridad social, alimentación, servicios básicos, calidad y espacios de la vivienda (2012)

Ante la existencia de 86.8 millones de personas que tienen dificultades para cubrir necesidades básicas como salud, alimentación, educación, recreación, vivienda, seguridad, el panorama no es alentador para pensar en un rendimiento académico de calidad, más si consideramos que la mayoría de estas personas son niños y jóvenes en edad escolar.

En mi experiencia como psicóloga en el ámbito educativo, me ha llevado   a identificar que por lo menos el 10% de la población presenta alteraciones en el aprovechamiento escolar, es decir que 1 de cada 10 estudiantes tiene bajo rendimiento. La mayoría de las dificultades en el aprendizaje se encuentran asociadas a factores emocionales (violencia intrafamiliar, desintegración de la familia, omisión de cuidados)

Ante esta realidad, es apremiante considerar el apoyo de especialistas que atiendan estos factores en las instituciones educativas, primeramente para garantizar una estabilidad emocional en los estudiantes, brindando herramientas que les permita afrontar y salvaguardar su integridad de manera asertiva ante su realidad. Una vez que el aspecto emocional permite al sujeto funcionar de manera equilibrada, existe mayor garantía de que el aprovechamiento académico cobre significado; para ello es necesario dar orientación a los padres de familia, docentes, aquí la participación del psicólogo educativo no puede considerarse un lujo, sino una prioridad para garantizar una educación de calidad, donde de manera colaborativa, la escuela logre su propósito principal que es educar para la vida, redituando en la conformación de una sociedad mejor.

Si deseamos que la reforma educativa impacte en la calidad educativa, se debe apostar a contar con equipos completos de trabajo en las escuelas, que apoyen al proceso educativo, es decir, profesionales en áreas de trabajo social, psicología educativa, medicina, que enriquezcan la atención del acto educativo, solo así podremos disminuir las brechas de desigualdad, abriendo camino a la equidad.

Enseñar no es transferir conocimiento, sino crear las posibilidades para su propia producción o construcción”. (Freire) mejorar las condiciones escolares, es crear mejores posibilidades para la construcción del conocimiento.