Sergio-SarmientoSi hoy es 30 de abril debe ser el día del niño.
Y si es día del niño, es el último día de trabajo de los legisladores.

Concluye hoy el período ordinario de sesiones de la LXII legislatura del Congreso.

Comienzan las vacaciones de los sufridos diputados y senadores. Aplausos y vítores.

Es verdad que siempre la mesa directiva podrá detener el reloj legislativo, ese especial dispositivo que mide horas de muy distinta duración.

El 30, el día del niño, efectivamente, puede alargarse un tiempo indefinido simplemente porque, como Josué hizo con el sol en la batalla contra los amorreos, así lo ordenan los dirigentes de las cámaras.

Aun con esta extraordinaria facultad, la esperanza de que pudiera concluirse en este período ordinario la votación sobre la legislación secundaria de telecomunicaciones ha quedado descartada. No hay magia en el reloj legislativo que pueda cumplir una obligación constitucional que se fijó para el 9 de diciembre de 2013.

Claro que lo bueno de ser legislador es que las disposiciones constitucionales no se aplican a uno.

Las empresas de radiodifusión y telecomunicaciones ya tienen que obedecer las disposiciones constitucionales que no tienen ni leyes secundarias ni reglamentos, pero los legisladores no sufren ninguna sanción por incumplir los términos que la Constitución les estableció para aprobar la legislación secundaria.

Incompleta está también la reforma política. Bastante insensata parece esta reforma, que cambia al IFE por un nuevo INE con la peregrina idea de que con esto se elimina la influencia de los gobernadores en los comicios locales.

Las complicaciones que introduce la reforma al sistema electoral son enormes, pero para algunos políticos era importante seguir castigando al IFE después de cada elección por el delito de hacer su trabajo.

Los senadores podrían aprobar la reforma política de último momento o mandarla a un extraordinario.

La de telecomunicaciones y la energética, que son mucho más importantes para promover el crecimiento económico y generar empleos, tendrán que aguardar una mejor
oportunidad.

Un poco antes o un poco después, la mayoría de los diputados y senadores podrán irse de vacaciones durante cuatro meses.

Después del día del niño, el día del trabajo marca el inicio del período sin trabajo para los legisladores.

Ya no habrá sesiones de pleno los martes y los jueves. Quedará una pequeña comisión permanente que se hará cargo de las urgencias en el largo receso.

Me dicen los legisladores que es falso que se tomen cuatro meses de vacaciones en el verano.

El trabajo fundamental del Congreso, protestan, se lleva a cabo en comisiones, las cuales deben reunirse cuando menos una vez al mes.

Estas reuniones serían una molestia para los legisladores que tendrían que romper su receso en cuando menos cuatro ocasiones.

Pero sabemos que muchas comisiones nunca se juntan.

En otros países los recesos legislativos son bastantes más breves.

En el Congreso de Estados Unidos el receso de verano dura sólo el mes de agosto.

En Navidad los legisladores norteamericanos se toman un par de semanas y no el mes y medio de los nuestros.

Los parlamentarios de otros países, por otra parte, tienen sesiones de pleno todos los días y no por eso descuidan el trabajo de las comisiones.

Este 30 de abril los mexicanos festejamos, como vemos, no sólo el día del niño sino también el de los diputados y senadores.

Pero no nos enojemos ni nos precipitemos.

A lo mejor es bueno que los legisladores no laboren todo el año. Si ya con lo que hacen le ocasionan tanto daño al país, imagínese si trabajan más.

Vengador anónimo
Un pasajero desarma y mata a dos maleantes en la Santa María la Ribera de la ciudad de México.

El pasajero huye pero es aplaudido y admirado por la gente.

De haber sido detenidos, los delincuentes habrían sido liberados en tres días.

El pasajero habría tenido que pasar toda la vida en la cárcel.

Twitter: @SergioSarmiento

Compartir