El nuevo mandatario también deberá asumir las altas expectativas de la ciudadanía, que espera un cambio real con su llegada al poder, porque ya ha demostrado que no está dispuesta a tolerar que el país continúe por la ruta que ha hecho a los pobres más pobres, como lo confirmó el Informe Final de los Objetivos del Milenio.

Con una amplia carrera en el mundo del entretenimiento televisivo, que le valió la simpatía y el reconocimiento de muchos guatemaltecos, conjugada con una muy breve dentro del mundo político, Morales utilizó durante su campaña política el lema: “Ni Corrupto, Ni Ladrón”, mensaje que, debido a la coyuntura política del país, caló en la población para que alcanzara la mayoría de votos en los comicios de 2015.

Sin embargo, el humo de los cohetillos de ese inesperado triunfo electoral se disipó rápidamente: José Ramón Lam, jefe del equipo de transición, debió dar un paso al costado cuando fue acusado de plagiar un estudio. Además, la semana pasada, el coronel (r) Édgar Ovalle, diputado electo y hoy secretario general del Frente de Convergencia Nacional (FCN-Nación), el partido oficial, vio como el MP solicitó un antejuicio en su contra por delitos de lesa humanidad.

Y por si fuera poco, en el Organismo Legislativo FCN-Nación tiene una bancada de tan solo 11 diputados, la que ya perdió su primera batalla al no figurar en la nueva junta directiva y tiene poca fuerza para alcanzar consensos políticos.

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