Año 2016. Los grandes retos, las grandes esperanzas…
Hemos dado inicio al año 2016 y quizá como “propósito de año nuevo” quiero
iniciarlo compartiendo contigo nuevamente mis reflexiones. Debo confesarte que
me ha motivado mucho para reencontrarme con las letras, una “carta de fin de
año” que recibí de un gran amigo: José. Un hombre que día con día entrega su
vida, su alma, sus conocimientos a nuestro país y que debo confesar me inspira.
Me inspira porque a pesar de las adversidades, de los problemas, de la lejanía, de
las ausencias, del tiempo sigue firme en su convicción de no ser ajeno a lo que
sucede a su alrededor, ni a quienes le rodean, momento a momento busca qué
brindar, qué aportar, qué construir.
Hoy después de un año 2015 que viví intensamente, en el que tuve grandes
satisfacciones, en el que pude realizar y brindar lo mejor de mí como funcionaria
pública, en el que los últimos meses he disfrutado intensamente a mi familia, a mis
hijas; y porque no decirlo, también he vivido la nostalgia y el desánimo; hoy como
bien lo escribe José, quiero ser feliz.
Y para ser feliz, no puedo dejar de lado lo que ocurre a mi alrededor; para ser feliz,
es indispensable pensar en la y el otro; para ser feliz, requiero aportar los talentos
que tengo, mis ideales, mis pasiones, mi amor por mi Patria, por mi gente, por mi
familia, por mí. En concordancia con ello, reconozco que mi lucha es colaborar, no
sé de qué manera, en los derechos humanos de las #mujeres.
Desde la mujer que soy (como bien lo señala Gioconda Belli) reconozco el gran
camino que aún tenemos que transitar las #Mujeres en este país para alcanzar lo
JUSTO: Ni más ni menos.
A unos cuantos días de este nuevo año, el año 2016; existen asignaturas
pendientes en la agenda social. En la agenda de las #mujeres. Los temas con los
que iniciamos este nuevo año siguen siendo los mismos, los que desde siglos
atrás miles de #mujeres han trabajado día con día en su reconocimiento. Hoy
requerimos continuar esa lucha, requerimos trabajar en la construcción de
acciones para proteger la vida, la seguridad, el desarrollo, la igualdad, la justicia,
las oportunidades, la calidad de vida; de todas y cada una de las #mujeres y niñas.
Yo estaba convencida que el nuevo año que hemos iniciado marcaría un cambio,
un nuevo proyecto de vida para la participación de las #mujeres, principalmente en
la vida política del país; ya que se había consolidado la paridad. Sin embargo,
cuando me parecía que habíamos dado pasos fundamentales, cuando el resultado
de las elecciones de 2015 garantizaron a través de sentencias judiciales (no de la
propia ley) espacios para la participación igualitaria de las mujeres, cuando la
Cámara de Diputados, los Congresos locales, los Ayuntamientos y alcaldías eran
ocupados por un gran número de #mujeres; cuando me parecía que este año
2016 auguraba nuevos rumbos, nuevos paradigmas, mejores opciones de
desarrollo e igualdad, me tope con el grave suceso de violencia política
perpetrado el pasado 02 de enero: el asesinato de la alcaldesa de Temixco,
Morelos, Gisela Mota Ocampo.
Un suceso que no deja de ser devastador y lamentable, pero que confirma que el
camino transitado, que los obstáculos rebasados: no han sido los suficientes.
¿Cuántas muertes más? ¿Cuántas desapariciones más? ¿Cuántas posiciones
políticas más serán negociadas? ¿Cuántos casos más de feminicidios,
violaciones, desapariciones forzadas sucederán? ¿Qué requerimos como
sociedad y como gobierno para actuar? ¿Hasta qué momento dejaremos la
pasividad y comenzaremos a ser responsables de nuestro entorno, de lo que
sucede con nuestras y nuestros vecinos, amig@s, familiares, hij@s? ¿Cuándo
dejaremos de pensar que sólo es importante lo que suceda a mí y a mi familia, sin
pensar en las y los demás?
La tarea no es sencilla, se requiere de un compromiso serio, valiente, audaz,
transformador por parte de hombres y #mujeres que hoy ocupan un cargo público
–principalmente y por quienes integramos esta sociedad. Es necesario un trabajo
coordinado con la sociedad civil organizada, que más allá de ser una lente crítica
hacia las políticas públicas ejercidas por el Estado, es un aliada indispensable. Es
menester ver más allá del aplauso, del reconocimiento, del ego; es menester ver la
forma de hacer efectiva la transformación social que tanto requerimos. Es una
tarea de todas y todos. En ti, en mí, en todos y todas esta la solución. Actuemos.
Si este año 2016 quiero que sea diferente, debo comenzar por mí. Comencemos a
deconstruir, comencemos a generar esa paz que nos merecemos y ese país que
necesitamos.