Cine Yoga

Por Sergio Rodríguez | sergio@purna.org.mx

Psicoterapeuta, especialista en relaciones, crecimiento e integración.

¿Te quedas o te vas?

Sólo hay una pregunta filosófica seria, y es la cuestión del suicidio. Decidir si vale la pena vivir o no, es responder la pregunta más fundamental de la filosofía. Todas las demás preguntas derivan de esta. Albert Camus- El mito de Sísifo

Tal vez mañana la tierra choque con un meteoro, o tal vez no. La vida es un enorme, barrigón, gigantesco y apestoso desorden. Pero en eso mismo radica su belleza. ¿Qué te puedo decir? Hagas lo que hagas… sales ganando y al mismo tiempo siempre perderás algo.  Kat Hall – Si decido quedarme.

 

 

A veces, cuando me encuentro con un cliente que atraviesa una severa crisis de identidad, recordando la cita de Camus, le pregunto “Bueno ¿y por qué no te suicidas?”  La pregunta regularmente los toma por sorpresa, la gente no espera ese tipo de preguntas de un terapeuta (y tal vez de nadie) pero lo que me responden, casi siempre arroja luz sobre lo que realmente le importa al cliente.   “Por mis hijos” dicen algunos, “mi religión no me lo permite”, responden otros “odiaría ser ese tipo de persona”, también he escuchado decir, así como “¡debe haber otra solución a mis problemas!”  Cada una de esas respuestas descubre lo que mueve a una persona.

La película “Si decido quedarme” (2014) nos confronta indirectamente con esta misma pregunta.  Luego de perder prácticamente todo, los espectadores nos preguntamos si la protagonista vivirá o si sería mejor que muriera.   La mayoría de nosotros jamás nos veremos en una situación similar, lo cual de alguna forma hace más sencillo hacernos la pregunta ¿Yú qué haría?

Sutilmente la película comienza hablando del joven Beethoven, sordo a los 26 años, pero “decidido a que algo tan insignificante no afectaría su carrera musical” decidió volverse compositor.   De esta manera, casi sin darnos cuenta, nos indica uno de los temas de la historia; ¿cómo tomamos decisiones en la vida?  Sobre todo cuando no nos es posible definir a priori su impacto.

Claro que algunas decisiones no las tomamos, sino que nos toman (otra frase de la película).  Es decir, en ocasiones una de las opciones es tan clara que simplemente no hay discusión, pareciera que de antemano sabemos cuál hay que tomar, es más ni siquiera parece que hay que elegir.  Seguro sabes a lo que me refiero. ¿Cuántas decisiones de ese tipo ha habido en tu vida?  ¿Tu profesión? ¿Tu matrimonio?  Aún más interesante, ¿Cuántas de esas decisiones fueron “erróneas”? Por ejemplo, si te divorciaste ¿sigues pensando que esa persona era la correcta? Si no ejerces tú profesión ¿aún consideras que la carrera elegida fue “correcta”? (noten las comillas).

Regularmente no doy respuestas en esta columna, pues la mejor respuesta es la de cada persona. Sin embargo en este caso sugiero que la respuesta siempre debe ser un enfático ¡Sí!

“¿Cómo puede decir eso?  Hay cosas que han pasado en mi vida de las que me arrepiento y simplemente no hubiese querido que hubiesen ocurrido” Exclama alguno.  Sin duda en esta vida es imposible evitar el dolor.  Hay una historia del Buda, a quien una mujer desconsolada le pide le devuelva la vida a su hijo, a lo que el Buda responde que sí, y que lo único que necesita son unas semillas de una casa que jamás haya conocido el dolor. Luego de buscar en toda la aldea, la mujer comprende que el dolor es parte inseparable de estar vivo, y entonces es capaz de aceptar su pérdida.

Como dice Kat (la mamá) en la película, desde cierta perspectiva, la vida es un gigantesco desorden; pero un poco de desorden no le hace mal a nadie (el problema radica más bien en nuestra capacidad para aceptar ese desorden).  Vivir es enfrentar una mezcla de risas, llantos, aventuras, incertidumbres, miedo, esperanza y desesperanza.  Ese es el paquete que adquirimos cuando llegamos a este mundo.  Ahora viene la pregunta ¿Vale la pena vivirla?  ¿No sería mejor –como parece sugerir Camus– suicidarnos?

¿Qué respondes?  ¿Cuáles son tus motivos para seguir viviendo? y –quizá más importante– ¿vives en coherencia con ellos?

¿Qué es tu chelo?

Pero por otro lado, tal vez estoy totalmente equivocado…

 

 

Sergio Rodríguez Castillo

www.purna.org.mx

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