Antes de contarte la historia del pozole, veamos un poco del significado de esta palabra:

Recurriendo a varios significados y que todos concluyen con lo mismo, la palabra “Pozole” significa espuma, una palabra que viene del náhuatl y que originalmente se escribe “Pozolli”. Pero ¿Por qué espuma? Bueno es fácil, ya que al momento que se prepara este platillo lo cual lleva granos de un maíz especial puesto que son grandes y blancos llamados “cacahuazintle”, durante su cocimiento de estos granos de maíz se abren tomando una forma de flor y formando una especie de espuma. Es por eso que los aztecas lo llamaron Pozolli o bien Pozole como lo conocemos hoy en día.

Ahora que ya sabes el significado, es momento de entrar a la parte interesante de este tema a “la historia del pozole”.

El pozole es un platillo náhuatl que surge en la época de los aztecas, pero éste, no era cualquier platillo para ellos, sino era una comida muy especial, tanto que sólo se preparaba en ocasiones especiales como en ceremonias religiosas y que sólo los de más alto nivel entre los aztecas lo podían comer, como el emperador o los sacerdotes.

Aunque seguro te preguntarás, porqué era tan especial, pues la razón estaba en los ingredientes con los que se preparaba este platillo durante esa época, ya que como sabrás, los aztecas tenían sus propias creencias, así que éste en especial era por lo que representaba el maíz para ellos y además porque se le agregaba carne humana, sí, así como lo lees, carne humana que probablemente provenía de guerreros que eran sacrificados como ofrendas al sol.

Pues el maíz cacahuazintle por su color blanco simbolizaba para los aztecas la cosmovisión del mundo azteca y también lo asociaban con uno de sus dioses como la “Blanca Serpiente de las Nubes” (Iztacmizcóatl) y así, había más cosas que simbolizaba el blanco para ellos, de hecho hasta hoy en día para muchos creyentes este color representa algo. En el caso del otro ingrediente que le agregaban al pozole los aztecas (la carne humana), era un tipo de relación entre lo blanco y el alma del guerrero, ya que este color son las primeras luces del día cuando el alma ya ha resucitado o bien como lo describe el autor Jiménez Martínez en un uno de sus textos: “el vuelo del guerrero sacrificado hacia las alturas”.

Pero ahí no acaba esta gran e interesante historia del pozole, ya que para los aztecas esto era un acto de celebración y rito normal, aunque posiblemente te preguntes de cómo llegamos al platillo que ahora comemos, disfrutamos y más en las fiestas patrias.

 

 

 

Por: blog.mexicodestinos