Puedes ir por una deliciosa Cecina, de Yecapixtla, Morelos. El toque ahumado que tiene es único y más si esta asada al carbón. No puedes dejar de visitar este lugar que cuenta con el templo y convento de San juan Bautista, considerado como patrimonio de la humanidad por la UNESCO.
Real del monte, Hidalgo
Si eres fan del pan, tienes que ir a este lugar; además de ir por su parecido con Suiza – clima frío, bosques y arquitectura similar- el encanto aquí son los pastes: empanadas horneadas de hojaldre rellenas de carne o dulce, hay para todos los gustos. Un platillo herencia de los mineros ingleses que los mexicanos adoptaron.
Apatzingán, Michoacán
Sus platillos llenos de color y sabores salados, son perfectos para los que les encanta probar cosas nuevas: sopa tarasca, morisqueta, charales, pero tengo que resaltar dos: las carnitas y las corundas.
Valladolid, Yucatán
i vas, te recomendamos que vayas con uno o dos kilos menos de tu peso normal, porque de ver (y probar) tanta comida, cuando regreses de viaje no te quedarán los pantalones. Si vas no te puedes perder la sopa de lima, lomitos, los kibis, los chiles relleno, entre otros; una aventura para tu estómago sin duda.
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