Mantener la calma ante la picadura de un alacrán o cualquier otro animal ponzoñoso, es fundamental para evitar que el veneno viaje más rápido a través del torrente sanguíneo y produzca la muerte.

Ana Lilia Carlos, integrante del equipo responsable de la Colección Nacional de Arácnidos del Instituto de Biología (IB) de la UNAM, precisó que las toxinas se adhieren a las proteínas del cuerpo y desencadenan una intoxicación que se acelera si la persona víctima de una picadura no mantiene la calma.

Compartir