CIUDAD DEL VATICANO. El Papa pidió ayer paz para todo el mundo, en especial para aquellos pueblos que sufren conflictos, y que sean liberados los religiosos y fieles secuestrados, en su mensaje tras el rezo del Ángelus desde el palacio pontificio en plaza de San Pedro.

Francisco recordó que los católicos celebran el nacimiento del “Príncipe de la paz” e invocó “el don de la paz para todo el mundo”.

El pontífice renovó su llamado para que en ocasión de la Navidad, “las personas secuestradas, sacerdotes, religiosos y religiosas y fieles laicos, puedan ser liberados y volver a sus casas”.

También instó a los fieles a que, en estas horas que preceden la Navidad, se detengan en silencio en oración delante del Nacimiento para “adorar en el corazón del misterio la verdadera Navidad, la de Jesús que se acerca a nosotros con amor, humildad y ternura”.

“Renuevo, en particular, mi llamado para que en ocasión de la santa Navidad las personas secuestradas —sacerdotes, religiosos y fieles laicos— sean liberados y puedan volver a sus casas”, agregó.

“Acordaros también de rezar por mí”, pidió asimismo Francisco.

El Papa presidió ayer en la basílica de San Pedro la misa del Gallo, la quinta de su pontificado.

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