Bruselas, 21 mar (EFE).- La Comisión Europea (CE) lamentó hoy la prohibición de Twitter por parte de las autoridades turcas, y señaló que ese bloqueo «arroja dudas» sobre el «compromiso» de Turquía como candidato a la adhesión a la Unión Europea (UE).

El responsable comunitario de Ampliación, Stefan Füle, advirtió en un comunicado de que el bloqueo de la red social «levanta graves preocupaciones y arroja dudas sobre el compromiso» de Estambul «con los valores y estándares europeos».

«La libertad de expresión, un derecho fundamental en cualquier sociedad democrática, incluye el derecho a recibir e impartir información e ideas sin interferencias de las autoridades», apuntó el comisario, quien recordó que los ciudadanos «deben elegir libremente los medios para ejercer este derecho».

A su juicio, «un debate abierto promueve transparencia y responsabilidad y refuerza la democracia», al tiempo que «necesita consolidarse en cualquier lugar, incluida Turquía».

El bloqueo se ha hecho efectivo anoche después de que el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, anunciara previamente sus planes de erradicar Twitter.

La vicepresidente de la CE y comisaria de Agenda Digital, Neelie Kroes, coincidió en que esta acción «no es aceptable y va en contra de los valores europeos», y advirtió de que «Erdogan va en la dirección errónea».

«Es lo contrario de lo que Turquía nos prometió en las últimas negociaciones», aseguró.

Por su parte, el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, también criticó la prohibición, «que ha llegado tras amenazas previas del primer ministro turco en contra de la red social».

En este contexto, aseguró que la Eurocámara «lucha firmemente por defender la libertad de expresión y el pluralismo de medios dentro y fuera de la UE».

«Como miembro del Consejo de Europa y país candidato a entrar en la UE, Turquía no es una excepción», advirtió.

Schulz consideró que el primer ministro turco «está promoviendo una campaña en contra de todos lo medios y la prensa que no puede controlar directamente», lo que en su opinión es una «conducta autoritaria» que supone «un ataque directo contra la libertad de expresión».

Estambul «debería garantizar la libertad de expresión no como un favor a la comunidad internacional, sino porque es un derecho de los ciudadanos turcos y un logro de cualquier sociedad avanzada», concluyó.

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