• Un agente disparó al menor en un parque de la ciudad
  • Un mando policial califica lo sucedido de «muy trágico»

Un error policial le costó la vida este pasado fin de semana a un niño de 12 años en la ciudad de  Cleveland, en el estado estadounidense de Ohio. El menor falleció a consecuencia de los disparos de un policía que confundió la pistola de juguete que portaba con un arma de fuego real, según confirmaron las autoridades locales.

El suceso se produjo el pasado sábado en un parque de Cleveland al que acudieron dos agentes por una llamada que alertaba de que una persona estaba esgrimiendo un arma de fuego, según un comunicado del Departamento de Policía de Cleveland.

Los policías ordenaron al niño que levantara los brazos, pero éste bajó una mano hacia la cintura para coger la supuesta pistola, asegura el comunicado policial. «Tenía el arma en su cintura. Sacó la pistola. Uno de los agentes disparó dos veces, impactando al joven», declaró el inspector adjunto de la policía de Cleveland Ed Tomba a una cadena local.

Al recuperar el arma, los agentes comprobaron que se trataba de una réplica de aire comprimido de una semiautomática. Tomba calificó lo sucedido como «muy trágico».

La víctima, un niño afroamericano llamado Tamir Rice, murió el domingo a causa de las heridas recibidas en el pecho. Su madre, Samaria Rice, ha contratado a un abogado para denunciar la muerte de su hijo.

Según informan medios estadounidenses, el ciudadano que avisó de la presencia del menor en el parque aseguró no estar seguro de si se trataba de un arma de verdad o no. Los agentes involucrados en el suceso se encuentran de baja administrativa. Uno de ellos tiene menos de un año de experiencia y el segundo lleva diez años en la policía, indicaron fuentes sindicales.

La muerte de Rice ha ocurrido en un momento en el que el país tiene la mirada puesta en el gran jurado que debate si imputa o no al policía blanco de 28 años que mató en agosto pasado a un afroamericano de 18 que iba desarmado en Ferguson, un suburbio de San Luis. El suceso desencadenó una de las mayores protestas raciales en Estados Unidos en las últimas décadas.

El caso del menor de Cleveland se suma, además, a un nuevo error policial en Nueva York, donde el pasado jueves murió por disparos de un agente un hombre negro desarmado. «Fue un accidente, un trágico accidente», afirmó el comisario jefe de la policía de la ciudad, William Bratton.

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