Desde hace años es bien sabido que China sufre de una sobrepoblación excesiva que causa desde problemas para conseguir trabajo y vivienda hasta atascos kilométricos en el tráfico.

Por esta razón es que en 1979 se implementó la famosa política para que las parejas pudieran tener sólo un hijo. Y, aunque desde 2015 se aprobó la progresiva reversión de la medida hasta un máximo de dos, el país es consciente de las graves consecuencias que genera esto.

Tomando en cuenta los estragos, el gobierno chino elaboró un plan para combatirla en Pekín y Shanghái, dos de las ciudades más importantes del gigante asíatico.

De acuerdo con el diario británico The Guardian, se trata del derribo masivo de viviendas, para ‘modernizar’ espacios y crear construcciones mucho más pequeñas, de tal forma que los afectados se vean obligados a buscar nuevas ciudades con menor volumen demográfico para habitar.

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