El presidente de Burkina Faso, Blaise Compaoré, ha anunciado su dimisión en un comunicado leído en una televisión privada, según recoge el diario online burkinés Lefaso.net. Unos minutos antes, el jefe del Estado Mayor, Honoré Traoré, junto a los líderes de la oposición Zéphirin Diabré y Roch Marc Christian Kaboré, había comparecido en la plaza de la Nación, en la capital, Uagadugú, para informar de que Compaoré, acorralado por una revuelta popular contra su intención de prolongar su mandato, había firmado su dimisión.   

Decenas de miles de burkineses habían vuelto este viernes a las calles de las principales ciudades del país para exigir la dimisión deCompaoré. La situación era confusa después de que el general Traoré anunciara ayer por la tarde la disolución del Gobierno y del Parlamento, así como la apertura de un periodo de transición de doce meses para volver al “orden constitucional”.

Sin embargo, ya por la noche, el presidente apareció en un canal de televisión privado anulando el estado de emergencia que había declarado por la mañana y asegurando que permanecía en el puesto hasta el final del periodo de transición, cuando cedería el poder a un presidente “democráticamente elegido”.

Las manifestaciones de este viernes son igual de masivas que la víspera, pero si ayer el objetivo era impedir la votación del proyecto de reforma constitucional que hubiera permitido a Compaoré presentarse a las elecciones de 2015 para otros cinco años de mandato, hoy persiguen un único fin, la caída definitiva de Compaoré, quien lleva 27 años en el poder. Y parece que lo han conseguido. “No dejaremos la calle hasta que el presidente anuncie su partida. La condición previa a cualquier discusión relativa a toda transición política es la partida pura, simple y sin condiciones del señor Blaise Compaoré”, aseguró Zephirin Diabré, líder de la oposición. No se han producido grandes ataques ni saqueos, la constante del día de ayer.

En la capital del país, Uaguadugú, desde primera hora de la mañana, decenas de miles de manifestantes se han vuelto a concentrar en la plaza de la Nación, que han rebautizado como plaza de la Revolución. Sin embargo, con el paso de las horas la impaciencia ha empezado a cundir y miles de personas se han dirigido hacia la sede del Estado Mayor del Ejército para exigir una clarificación de los militares. De igual modo, miles de personas han prácticamente tomado las calles de Bobo-Dioulasso, la segunda ciudad del país, al grito de “¡Compaoré márchate!”.

A falta de cifras oficiales, la oposición ha asegurado que en el alzamiento popular que tuvo lugar este jueves en todo el país hubo 30 muertos y un centenar de heridos, mientras que fuentes hospitalarias han confirmado que al menos cinco personas fallecieron, tres en la capital y dos en Bobo-Dioulasso, y hay sesenta heridos. Durante la noche se produjeron algunos saqueos de comercios y bancos pese a la declaración de un toque de queda entre las 19.00 y las 6.00 horas.

El actual presidente llegó a la Jefatura de Estado en 1987 tras protagonizar un golpe de estado contra Thomas Sankara, conocido como el Ché Guevara africano, quien había puesto en marcha una auténtica revolución de corte nacionalista y de izquierdas en su país. Con el paso de los años, Compaoré se fue consolidando como uno de los grandes aliados de Francia, la ex potencia colonial, en la región y asumiendo el papel de mediador, casi nunca imparcial, en los diversos conflictos que han tenido lugar en África occidental, con los casos de Costa de Marfil y Malí como mejores y últimos ejemplos. Sin embargo, Burkina Faso, un país de algo más de 16 millones de habitantes, no ha conseguido despegar económicamente y se encuentra entre los más pobres del mundo, con altos índices de corrupción, analfabetismo y pobreza.

Compaoré ha podido seguir en el poder gracias a sucesivas reformas constitucionales que le permitían concurrir una y otra vez a unas elecciones que ha ganado siempre con solvencia, aunque bajo sospecha de fraude. Sin embargo, por primera vez se ha topado con un enorme rechazo ciudadano que ya ha logrado frustrar su intento de presentarse a las elecciones de 2015 y que ahora pretende que abandone el puesto y deje el paso a un gobierno de transición para el que se perfila ya un aspirante a presidente interino, el general retirado Kouame Lougué, que cuenta con un amplio respaldo popular y la confianza de un sector del Ejército.

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