FERGUSON, Missouri, EE.UU. (AP) .- El caos volvió a las calles de Ferguson después de que un jurado investigador decidió el lunes no acusar formalmente a Darren Wilson en la muerte de Michael Brown _ un fallo que enfureció a los manifestantes que incendiaron coches y edificios y saquearon negocios en la zona donde el joven negro desarmado falleció el pasado agosto a manos de un agente blanco.
Los incidentes del lunes por la noche parecían ser mucho peores que los registrados en las protestas del verano boreal, con al menos una docena de negocios seriamente dañados o destruidos. Las autoridades reportaron que se escucharon cientos de disparos, que por un momento impidieron a los bomberos extinguir las llamas.
Jon Belmar, jefe de la policía del condado de San Luis, dijo que al menos que su departamento pueda desplazar a 10.000 agentes, “no creo que podamos evitar que la gente que realmente tiene esa intención destruya la comunidad”.
La decisión del jurado investigador supone que el agente Darren Wilson, que es blanco, no se enfrentará a ningún cargo criminal por el asesinato de Brown, cuya muerte fuertes las tensiones raciales entre muchos afroamericanos y las autoridades.
Bob McCulloch, fiscal del condado de San Luis, dijo que el jurado integrado por nueve personas blancas y tres negras se reunió semanalmente durante 25 días y escuchó más de 70 horas de testimonios de unos 60 testigos, incluidos tres médicos forenses y otros expertos en sangre, toxicología y armas de fuego.
Hizo énfasis en que los jurados fueron “las únicas personas que escucharon a cada testigo… y todas las piezas de evidencia”. Agregó que muchos testigos presentaron declaraciones contradictorias que a fin de cuentas fueron inconsistentes con la evidencia física. “Estos miembros del jurado pusieron sus corazones y alma en este proceso”.
En los primeros indicios de disturbios tras el anuncio, Belmar dijo que los agentes retrocedieron, sugiriendo que gestionaron la situación como si se tratase de un festival o un partido de béisbol. Pero la situación pronto “se salió de control”. La policía lanzó finalmente gases lacrimógenos desde dentro de sus vehículos blindados para intentar dispersar a la multitud.
Mientras McCulloch leía su comunicado, la madre de Brown, Lesley McSpadden, estaba sentada en el techo del vehículo escuchando una transmisión radiofónica del anuncio. Cuando oyó la decisión, rompió en llanto y comenzó a gritar antes de que gente que la apoya la retirara del lugar rápidamente.
La multitud estalló en rabia, dirigiéndose hacia una barricada donde policías con equipo antimotines estaban inmóviles. La muchedumbre empujó la barricada y comenzó a lanzar objetos a los agentes, incluido un megáfono. La policía se mantuvo en su posición. Se habrían requerido al menos nueve votos para acusar formalmente a Wilson.
El panel se reunió en secreto, una práctica estándar para este tipo de procedimientos. En declaraciones durante casi 45 minutos, un McCulloch a la defensiva citó reiteradamente lo que calificó como inconsistencias y narraciones erróneas de testigos. Cuando un reportero le preguntó si alguna de esas declaraciones equivalía a perjurio, respondió: “pienso que ellos realmente cree que eso es lo que vieron, pero no lo fue”.
El fiscal también fue crítico con la prensa, diciendo que “el reto más significativo” para su oficina fue “un ciclo de noticias de 24 horas y un apetito insaciable por algo, lo que fuera, sobre qué hablar”. Los familiares de Brown emitieron un comunicado en el que dijeron estar “profundamente contrariados” por la decisión, pero pidieron que el público “canalizara su frustración en formas que generen un cambio positivo. Necesitamos trabajar juntos para componer el sistema que permitió que esto ocurriera”.
Poco después del anuncio, las autoridades hicieron públicas más de 1.000 páginas de documentos del jurado investigador, incluyendo el testimonio de Wilson. Wilson dijo a los jurados que un principio se encontró con Brown y un amigo mientras caminaban por una carretera y, cuando les dijo que se subieran a la acera, Brown respondió con un improperio.
Wilson vio entonces que Brown llevaba un puñado de cigarros en la mano, “y ahí fue cuando me di cuenta “, dijo refiriéndose a un reporte que había escuchado la radio minutos antes sobre un robo en una tienda cercana. El agente pidió refuerzos y luego colocó su coche frente a Brown y su amigo. Mientras trataba de abrir la puerta, Wilson dijo que Brown la golpeó para cerrarla de nuevo.
Wilson dijo que luego empujó Brown con la puerta y éste le golpeó en la cara. El policía dijo al jurado que pensó: “¿Qué hago para no ser golpeado dentro de mi coche.” “Saqué mi arma”, Wilson en su declaración al gran jurado. “Le dije: `Retrocede o voy a dispararte”’. “De pronto me agarró la pistola y me dijo: `Eres demasiado cobarde para dispararme”’, dijo el agente en su testimonio añadiendo que Brown tomó la pistola con su mano derecha, la retorció y “la clavó en mi cadera”.
Preguntado por qué sintió la necesidad de sacar su arma, Wilson dijo al jurado que estaba preocupado porque otro puñetazo en la cara pudiese “noquearme o algo peor”. Después de que disparos en el coche, Brown huyó y Wilson inició su persecución.
En algún momento, Brown se volvió hacia el agente. Los relatos de los testigos se contradecían sobre si Brown caminó, tropezó o volvió a atacar a Wilson antes de resultar herido fatalmente, dijo McCulloch. También hubo diferentes versiones sobre si el fallecido tenía, o no, las manos en alto. Su cuerpo cayó a unos 153 metros del vehículo de Wilson.
Miles de personas se manifestaron en otras ciudades de Estados Unidos, incluyendo Los Ángeles y Nueva York, para protestar contra la decisión del lunes, encabezando marchas, portando carteles y coreando “manos arriba, no disparen”, el cántico que se ha convertido en grito de guerra en las protestas contra los asesinatos policiales en todo el país.
El presidente Barack Obama pidió calma y comprensión, suplicándole tanto a los residentes como a la policía que se contengan. “Somos una nación construida bajo el estado de derecho, así que necesitamos aceptar que esta decisión le correspondía al jurado de instrucción”, afirmó Obama. Agregó que era comprensible que algunos estadounidenses estuvieran “profundamente decepcionados, incluso enojados”, pero hizo eco del llamado de los padres de Brown para que cualquier protesta sea pacífica.
El peligro se extendió más allá de las calles. Al menos 10 vuelos con destino a San Luis fueron desviados a otros aeropuertos por las preocupaciones sobre posibles disparos al aire en Ferguson, dijo la Administración Federal de Aviación.
El Departamento de Justicia efectúa una investigación por separado de posibles violaciones a los derechos civiles que podrían resultar en que se apliquen cargos federales. Dicha entidad también puso en marcha una investigación amplia en torno al Departamento de Policía de Ferguson en busca de patrones de discriminación.
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