Un hombre que yace en una cama de hospital en Kabul y que no puede hablar es una de varias víctimas de un atentado suicida que ocurrió el domingo en la provincia oriental afgana de Paktika. El herido fue trasladado a Kabul para recibir atención médica.

No obstante, las heridas que sufrió en pecho, piernas y manos hablan del dolor que siente. «No puede hablar por el terrible dolor», dijo una enfermera al vicepresidente afgano, Abdul Rashid Dustom, quien visitó en el hospital a los heridos de la explosión.

De acuerdo con el Ministerio del Interior afgano, 53 heridos durante el ataque suicida han sido transferidos a hospitales en Kabul para recibir atención médica.

El ataque ocurrió a las 16:30 hora local del domingo, cuando un hombre con un artefacto explosivo atado al cuerpo se hizo estallar en medio de una multitud de asistentes al torneo de voleibol en el distrito Yahyakhil de la provincia de Paktika. Al menos 50 personas murieron y más de 60 resultaron heridas, todas civiles, dijo el vocero del gobierno provincial de Paktika.

Una cantidad considerable de víctimas son niños, agregó el funcionario. «A menudo visitamos el lugar para jugar y también acostumbramos ver los partidos de voleibol entre los jóvenes», dijo a los reporteros un niño herido en una cama del hospital.

El ataque suicida indiscriminado demostró ser el arma más letal utilizada por los milicianos en Afganistán debido a que las víctimas mueren o quedan gravemente lisiadas.

«Estaba sentado junto con varios amigos viendo el partido de voleibol entre los dos equipos cuando de repente una gran explosión oscureció todo y perdí la conciencia. Cuando abrí los ojos estaba en el hospital», dijo Juma Khan, de 25 años de edad, a un grupo de reporteros en el hospital. «No tengo información sobre mis amigos», susurró el aterrorizado Khan.

Un breve video tomado por un periodista desde el sitio de la explosión en el distrito Yahyakhil muestra extremidades humanas dispersas por toda el área, donde los residentes entristecidos excavaban tumbas para enterrar a los muertos.

Aunque ningún grupo se ha atribuido el ataque, los lugareños culpan a los milicianos talibanes que recurren con frecuencia a los atentados suicidas y a las bombas colocadas en el camino para aterrorizar a la población.

El presidente Mohammad Ashraf Ghani, quien visitó en un hospital de Kabul a los heridos por la explosión, culpó a los enemigos de Afganistán del cobarde ataque y lo condenó de la forma más enérgica.

«Nuestra máxima demanda al gobierno es que adopte las acciones necesarias contra el Talibán y otros terroristas para detener a los milicianos y garantizar la seguridad de la gente», señalaron los padres de la víctima Qudsia en una reunión con Abdullah Abdullah, jefe ejecutivo del gobierno de Afganistán.

Qudsia, una estudiante de la universidad médica, perdió la vida junto con dos personas más en un atentado suicida similar en Kabul hace un par de semanas.

Compartir