Debido a una mayor demanda de la industria automotriz y de la construcción, durante el periodo enero-julio, la industria siderúrgica alcanzó un volumen de producción histórico, auge que han aprovechado empresas como Arcelor Mittal, AHMSA, Ternium, Deacero y Simec.

La industria siderúrgica alcanzó un volumen de producción histórico en los primeros siete meses del 2014, al llegar a 8.7 millones de toneladas, un incremento de 5 por ciento con respecto al mismo periodo del 2013, de acuerdo con datos del Inegi.

Dicho crecimiento fue impulsado principalmente por una mayor demanda de la industria automotriz y de productos especializados para el sector de la construcción.

Las 8.7 millones de toneladas superaron el máximo alcanzado en el 2012, cuando la producción se disparó 45 por ciento en el periodo enero-julio y sumó 8.6 millones de toneladas.

Este auge ha sido aprovechado principalmente por cinco empresas: ArcelorMittal, AHMSA, Ternium, Deacero y Simec, las cuales invirtieron más de 5 mil millones de dólares en los últimos tres años y medio para fortalecer sus operaciones en México.

AHMSA, por ejemplo, destinó 2 mil 300 millones de dólares a su proyecto Fénix, con el cual aumentará a más de 50 por ciento su producción de acero en México en el mediano plazo.

“La industria siderúrgica mexicana crece a un ritmo mayor que la economía y prácticamente ha triplicado su capacidad en la última década y media… ”, dijo Alonso Ancira, presidente de AHMSA y líder de la Canacero.

LOS MOTORES DEL CRECIMIENTO

El sector automotriz ha sido uno de los principales motores del crecimiento de la industria siderúrgica, derivado de la instalación de nuevas plantas manufactureras en el país.

Durante los primeros siete meses del 2014, la producción automotriz también tocó récords y acumuló un crecimiento de 7.2 por ciento, mientras que la exportación de vehículos aumentó 9.6 por ciento.

La regiomontana Ternium se alió con la japonesa Nippon Steel para invertir mil 100 millones de dólares en la creación de un centro industrial en Pesquería, Nuevo León, el cual inició su producción a finales del año pasado. Esta factoría se especializará en la producción de acero para el sector automotriz, del cual esperan cubrir 30 por ciento de la demanda nacional.

“La industria automotriz en México tiene muy buenas perspectivas como consecuencia de sus planes para elevar el armado de autos”, explicó recientemente en una reunión con analistas Pablo Brizzio, director de Finanzas de Ternium.

Otro sector fundamental para el crecimiento de la producción de acero ha sido el de construcción, pues si bien esta industria mantuvo cifras negativas en los primeros siete meses del 2014, la demanda de productos especializados, como tuberías para uso petrolero e hidráulico, varillas y vigas de alta resistencia, ha hecho que la demanda nacional siga creciendo.

Esta sofisticación también ha impulsado el valor de la producción, la cual alcanzó máximos históricos en el lapso enero-julio de este año, al sumar 165 mil 554 millones de pesos, 15 por ciento más frente a igual periodo del 2013.

“El anuncio de un aumento en el presupuesto para el plan de infraestructura nacional es una buena perspectiva para los próximos cinco años”, añadió Brizzio.

Deacero, por su parte, inició en octubre del año pasado operaciones en su nueva planta de Ramos Arizpe, Coahuila, donde invirtió 500 millones de dólares y cuenta con una capacidad de 2 millones de toneladas anuales.

“Vemos un mercado muy positivo para el sector en México y vamos a invertir más”, dijo Raúl Gutiérrez Muguerza, director general de la compañía.

Las inversiones de AMHSA, Ternium, Deacero, Simec y Arcelor Mittal representan 50 por ciento de las ejercidas por la industria de 2010 a 2014. Estas cinco empresas, además, concentran 90 por ciento de la producción de acero nacional, de la cual, 79 por ciento se usa para productos especiales en los sectores de la construcción, automotriz y transporte.

El auge del sector siderúrgico también ha repercutido en la generación de empleos, pues el número de trabajadores en la industria creció a un ritmo promedio de 4 por ciento en los últimos cuatro años.

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