Seguramente has notado que los billetes que a diario usamos en México son de distintos tamaños y colores, pero ¿te has preguntado por qué?

La razón es muy sencilla: los billetes son de diferentes tamaños y colores para que los invidentes y personas con debilidad visual puedan distinguirlos fácilmente.

Con el paso del tiempo los billetes cambian su diseño, composición y valor. De acuerdo con el Banco de México (Banxico), “las distintas denominaciones de los billetes con características similares integran lo que se conoce como una familia de billetes”.

En este caso, los billetes que actualmente tenemos pertenecen a la familia llamada “F” (tipo “F”) y comenzaron a circular gradualmente del 2006 al 2010. Esta familia se compone por las denominaciones de 20, 50, 100, 200, 500 y 1000 pesos.

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