“Es urgente sumar esfuerzos para poder combatir los efectos negativos del cambio climático y, con ello, lograr una calidad de vida”, resaltó el Dr. Otilio Arturo Acevedo Sandoval, durante la impartición de la conferencia magistral “El aluminio en el medio ambiente”, como parte de la Cátedra Especial de Química sobre Cambio Climático que lleva su nombre.

 

Ello, en el marco de la Semana Académica Cultural de la Facultad de Química (FQ) de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), donde el ponente recomendó a la población concientizar a los jóvenes sobre cuál es su tarea para disminuir esta problemática.

 

“Buscamos generar reflexión entre la comunidad universitaria para que comuniquen a sus familias el daño que estamos ocasionando y la necesidad de cambiar la actitud hacia el medio ambiente”, detalló. Entre las acciones inmediatas, refirió, se encuentran la separación de basura, “problema serio en todos los municipios de la República Mexicana, pues la mayoría de los tiraderos se encuentran a cielo abierto lo que genera la expulsión de gas metano hacia la atmósfera”, pormenorizó el también director del Instituto de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Autónoma del Estado del Hidalgo (UAEH).  

 

Otra acción –agregó– es compartir el uso del automóvil con la finalidad de reducir la producción de dióxido de carbono; además de fomentar el uso de la bicicleta y concientizar al automovilista por medio de programas alternos.

 

Por otro lado, habló sobre la toxicidad del aluminio (Al) fenómeno que comenzó a estudiarse en la década de 1970; las investigaciones han demostrado que la exposición de este metal en seres humanos –ya sea a través del medio ambiente o por consumo directo de cierto tipo de medicamentos o productos– puede afectar el cerebro, pues este órgano constituye un sitio de acumulación de aluminio, por lo que es considerado un elemento neurotóxico.

 

“Diversas manifestaciones neurológicas en el ser humano han sido atribuidas a la intoxicación por aluminio: pérdida de la memoria, temblores, depresión de la movilidad motora, ataxia (perturbación) y convulsiones generalizadas con estado epiléptico. En niños, la neurotoxicidad se manifiesta por regresión de las aptitudes verbales y motoras.  Numerosos estudios han sugerido una posible conexión entre la toxicidad de dicho metal y el Alzheimer”, reveló.

 

Algunos medicamentos que producen las farmacéuticas contienen altas dosis de hidróxido de aluminio como son los analgésicos y los antipiréticos, algunos tipos de vacunas y cremas dentales para dientes sensibles.

 

“Los efectos causados por una concentración elevada de aluminio en la sangre incluyen, en los casos de intoxicaciones más graves, alteraciones del Sistema Nervioso Central y del lenguaje, así como alucinaciones, convulsiones y cambios de personalidad”, concluyó.  

 

Además, en dicha cátedra, participaron los docentes de la Universidad Autónoma del Estado del Hidalgo: Dr. César Abelardo González, con “Programa Municipal de Cambio Climático del Municipio de Tulancingo de Bravo, Hidalgo”; Dra. Elena María Otazo Sánchez, con “Cambio climático, mitigación y adaptación”; Dr. Ramón Razo Zárate, con “Manejo sustentable de los Recursos Naturales ante el cambio climático”; Dr. Fernando Paz Pellat, con “Carbono en ecosistemas terrestres y cambio climático”.

 

A este foro también asistieron la Dra. Rebeca del Rocío Peniche Vera, titular de la Secretaría de la Rectoría; el Mtro. Sergio Pacheco Hernández, director de la Facultad de Química; la Dra. Silvia Lorena Amaya Llano, secretaria Académica, y los coordinadores Dr. Miguel Ángel Ramos López, Dr. Miguel Rico Rodríguez y Dr. Juan Ramiro Pacheco Aguilar.

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