Si el EDM (Electric Dance Music), lo que fue la fórmula comercial de la músi­ca electrónica, ya pasó de moda ¿ahora qué?

Lo que la nueva sangre busca es el perreo, la música urbana, la cumbia, el merengue, todo lo latino, caribeño, afri­cano, hindú… cualquier sonido sabroso mezclado con la revolución del beat, y es posible fusionar varios de éstos gracias a la popularidad del global bass y la evolu­ción del trap, un par de géneros que para nada son nuevos, pero que han alcanza­do un segundo aire.

Basta con darle un ojo al elenco de la próxima edición del Electric Daisy Carni­val (EDC 2017), que emprenderá el vuelo el 25 y 26 de febrero en la Curva 4 del Au­tódromo Hermanos Rodríguez.

Dentro de los 76 artistas programados al evento organizado por Ocesa en con­junto con Insomniac, 21 están enfocados en ambas corrientes que han sido de lo más popular por la generación millennial durante el último año.

Destaca obviamente el nombre de Major Lazer, el trío comandado por Di­plo, uno de los pioneros dentro del global bass desde que creó su sello Mad Decent; Happy Colors, el nombrado Rey del Trap; Ghetto Kids, Carnage, Erick Rincón, DJ Raff y Sak Noel, entre otros mexicanos, estadunidenses, indios y europeos que pondrán a todo mundo a sacudir el cuer­po en la CDMX.

¿DE DÓNDE VIENEN?

El global bass tiene su origen desde el momento en que la música electróni­ca interviene en una mezcla de ritmos tradicionales provenientes de regiones de América Latina, los Balcanes, Áfri­ca y Oriente, entre otras. Diplo comen­zó en Estados Unidos en 1997, hasta que en 2005 abrió su sello para congregar a los productores que empezaron a expe­rimentar con esta tendencia, hasta ese momento, muy de nicho. Casi al mismo tiempo en Alemania hizo lo propio Da­zed Dog.

Sin embargo, en México todo comen­zó con Control Machete. El trío de hip hop utilizó algunos sampleos de cum­bia en rolas del demo y del primer disco Mucho Barato (1997), después Toy Selec­tah siguió el camino de la experimenta­ción hasta que llegó a la producción de Cumbia sobre el río junto a Celso Piña, la canción que explotó el global bass en el país, pero que tardó en desarrollarse poco más de una década.

“Todo esto ha crecido descomunal­mente. Recuerdo que durante la produc­ción de este primer disco de Compass estaba en Monterrey y se me ocurrió ir al estudio y estaba llenísimo. Todos es­taban trabajando, casualmente todos los que estaban eran global bass. Ghetto Kids, Sheeqo Beat, Happy Colors, estaba imposible y atascado.

“Lo que quiero decir es que todo esto se desarrolló rápidamente y por supues­to que me da gusto, porque uno traba­ja para ver resultados, también Camilo Lara lo ha hecho por años, y esto es sólo una parte del resultado”, explicó el ex Control Machete en entrevista luego de la presentación de su primer disco como Compass.

Antes, Nortec había creado su propio estilo con la fusión de norteño con elec­trónica, una patente que ha estado vi­gente desde 1999.

“En ese momento los europeos, los anglosajones, tenían su propio estilo, sus variaciones y nosotros queríamos lo nuestro, no la copia, era natural que el norteño, lo que abunda en nuestra zona, se presentara como un recurso rico y que nos iba a dar una identidad a nivel global y que hoy nos sigue dando gratas sorpresas”, dijo Pepe Mogt, integrante de Nortec.

Excelsior.

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