Durante cuatro años, Aarón de Jesús Márquez, de 12, prac­ticó ballet como una actividad alterna a su educación escolar en su natal Córdoba, Veracruz. Hoy es uno de los cinco pro­tagonistas que compartirán el papel de Billy Elliot en el mu­sical del mismo nombre que abrirá el telón, por vez prime­ra en México, el 10 de febrero.

Como los demás niños, Márquez se cuida. Calienta los músculos antes de bailar y la voz previo al canto de cada ensayo. Es todo un profesio­nal, a su corta edad, y no teme a los escenarios.

En su primera audición, no fue seleccionado. Sin em­bargo, su segundo intento dio frutos: hace 11 meses que ra­dica en la Ciudad de México, como parte de su preparación para la producción encabeza­da por Alejandro Gou, y ensa­ya ocho horas diarias.

En entrevista para Excél­sior en el Monumento a la Revolución, donde los pro­tagonistas dieron un paseo previo a su labor cotidiana en el Centro Cultural Tea­tro II, Aarón habla con soltu­ra y emoción acerca de esta experiencia.

Antes quería ser como él, que luchó por sus sueños. Unos familiares no querían que bailara, no sé por qué, pero mi mamá y mi abuelita me apoyaron. Fui y me gustó mucho”, expresó Aarón.

Había cosas que no sabía­mos y teníamos que aprender como gimnasia, tap, canto y actuación. Yo sólo sabía ba­llet. Fue difícil, pero practiqué y lo puedo hacer. Ya me siento súper listo, sabía que lo iba a lograr y es muy emocionante. Me gustaría hacer teatro mu­sical”, agregó.

El musical Billy Elliot, ba­sado en la película homóni­ma de 2000, con música de Elton John y libreto y letras de Lee Hall, narra la historia de un niño de 11 años quien, pese a la negativa de su padre —un minero de carbón en Reino Unido en 1984, cuan­do la huelga paralizó la in­dustria—, desea dedicarse a la danza.

La obra tuvo su estreno en el West End de Londres en 2005 y desde entonces ha su­bido a los escenarios de Aus­tralia, Broadway, Corea del Sur, Noruega, Países Bajos, Dinamarca, Islandia, Estonia, Finlandia, Grecia, Israel, Hun­gría y Nueva Zelanda. Este año tendrá su estreno en Estocol­mo (Escandinavia), Panamá, Tokio, Madrid y la Ciudad de México.

Te transmite emoción, que tienes que apoyar siem­pre a tus hijos, que tienes que luchar por tus sueños y es muy intenso”, afirmó.

Cuatro niños más, con quienes Aarón compartirá el papel de Billy Elliot, coinci­dieron en la fortaleza del per­sonaje y de la trama, que más allá del ballet habla de la en­tereza y decisión para hacer lo que se ama.

Jesús Martín Rivera, de 13 años, también es originario de Córdoba, mientras que Ian González Bernal, de 14 años, nació en Aguascalientes, y Jorge Demián Ferráez, de 12 años, de Mérida, Yucatán. Cada uno de ellos ha tomado clases de ballet desde hace siete, sie­te y dos años respec­tivamente.

Cada quien tiene una respues­ta para la emble­mática pregunta que hacen a Billy antes de in­gresar a la academia: ¿qué sientes cuando bailas?

Me olvido de lo que pasa afuera y nada más soy yo y ¡lo disfruto tanto! Es una for­ma de expresarme. Algo muy emocionante que no se pue­de explicar”, aseveró Jorge Demián.

Con la mirada hacia el ho­rizonte, Ian expresó: “Es una alegría increíble, adrenalina y también olvidarse de todo”.

Jesús replicó: “Es como vo­lar, como si desapareciera y estuviera en mi mundo. Me siento libre y feliz. Es muy di­vertido. Me siento yo”.

El espectáculo obtuvo pre­mios como el Olivier en 2006 al Mejor Musical Nuevo y en 2013 al Premio del público al espectácu­lo más popular. El Tony al Mejor Musical lo ganó en 2009.

Mauricio Arriaga, de 13 años, es el único origi­nario de la Ciudad de Méxi­co. Aunque al inicio no sabía con precisión de qué se tra­taba la historia, el desafío de cantar, bailar y actuar al mis­mo tiempo llamaron su aten­ción, al grado de querer hacer teatro musical por muchos años.

No había bailado an­tes, aunque sí cantado y ac­tuado un poco. Así que hice la audición y después ví la película. Me encantó, por­que Billy fue un niño que no se rindió y enseña a la gente que justo en el momento en el que te derrotas es cuan­do te tienes que levantar”, concluyó.

Excelsior.

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