Uno de estos días -no digamos, cuál dice- sonó su celular, se encontraba de vacaciones, identificó el número telefónico, pensó que podría ser algún llamado, alguna oferta de trabajo, pero no, se le anunció el fin de su exclusividad y que ya no le sería renovada. Alejandra Procuna que quedaba sin trabajo.

Pero, advirtió, ‘de hambre no me muero’, de inmediato pensó en las opciones: Esperar el llamado de algún productor o algo alterno. Se inclinó por lo segundo, entonces, enfiló su objetivo al transporte público. Invirtió en la compra de tres unidades y las registró en Uber.

Ser taxista, no pasó en primera instancia por su imaginación, pero un día uno de los choferes no llegó, así que decidió subirse al auto y lanzarse al asfalto.

Le ha sucedido de todo, desde la sorpresa de los pasajeros, hasta tomarse selfies, como con una familia de colombianos o la del chavito que compartió en sus redes sociales: “Estoy con una actriz, me está llevando Alejandra Procuna”.

Más información en Excélsior.

http://www.excelsior.com.mx/funcion/2017/07/12/1175146

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