El actual modelo educativo que se aplica en las escuelas del país no considera estrategias para incluir a niños y niñas con problemas emocionales, mismos que podrían desencadenar actos violentos como el ocurrido en el Colegio Americano del Noreste, en Monterrey, Nuevo León.

Así lo aseguró Agustin Escobar, director general del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS).

“Las escuelas del país no están haciendo un esfuerzo por mantener a los niños y niñas que puedan tener problemas en la escuela”, lamentó.

Por su parte Elena Azaola, investigadora del CIESAS, lamentó que los niños con problemas de actitud que pueden sufrir padecimientos mentales, en lugar de ser canalizados y apoyados por los centros educativos, son excluidos y los mismos profesores buscan que sean cambiados de plantel.

En el mismo sentido, el presidente de la Asociación Mexicana de Alternativas en Psicología (AMAPSI), Marco Eduardo Murueta, señaló que la SEP no ha reaccionado con una estrategia real para atender a los menores que son considerados “problemáticos”, por padecer depresiones, trastorno de hiperactividad o ansiedad.

“Hay muchos problemas en las escuelas actualmente, es muy fácil para las escuelas marginar o deshacerse de los alumnos conflictivos, no hay un diálogo entre padres y maestros, casi siempre es echarse la culpa. El modelo es individualista”, dijo.

Murueta consideró que la educación en el país no favorece las relaciones intrafamiliares y facilita que los menores de edad con problemas emocionales caigan en situaciones de aislamiento y de violencia.

Señaló que el caso del menor que disparó a tres de sus compañeros y a su profesora, es una alerta social para que los padres observen lo que sus hijos ven en internet y redes sociales.

“Cada vez más se ve una separación del grupo familiar por las ocupaciones, por las mismas redes sociales, hay cierto abandono emocional desde pequeños, y eso abona en una circunstancia, que hace que los jóvenes consideren participar en situaciones violentas”, lamentó.

Por su parte, la maestra Nelia Tello Peón, socióloga de la Escuela Nacional de Trabajo Social de la UNAM, enfatizó que el estudiante de Monterrey estuvo familiarizado con la violencia por parte de su padre, quien lo llevaba a cazar y le enseñó a disparar, situación a la que los menores están expuestos.

“No podemos desconectar el caso de toda la violencia que vivimos y la naturalización que tienen los jóvenes hacia la violencia. Este chico estuvo expuesto socialmente a la violencia y a la aceptación a las armas por su propio padre”, declaró.

Ambos especialistas en modelos de intervención con jóvenes, reprobaron que se ponga en marcha el operativo Mochila Segura, al considerarlo no como una medida de prevención hacia los menores, sino una acción represiva.

Excelsior.

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