No hay mucha disparidad entre Uruguay y México, según advierte Washington Sebastián Abreu (Lavalleja, Uruguay, 1976), un trotamundos del futbol, jugador nómada que encuentra su mejor querencia en donde se siente libre y loco, como le apodan.

Seguirá atento el duelo de hoy con el que abren estas selecciones el Grupo C, con los recuerdos aún frescos de los enfrentamientos que han tenido.

Abreu vive ahora en Paraguay, jugando para el Sol de América, con pocos minutos en el torneo, y atiende la llamada de Excélsior con mucha calidez.

Espero un partido como lo marcan los antecedentes: muy ríspido, friccionado, como pasó en el Mundial de Sudáfrica 2010 y Copa América 2011, donde ganó Uruguay por un margen muy estrecho”.

Más allá de buscar diferencias abismales en los momentos actuales de ambas selecciones, Abreu prefiere centrarse en las condiciones que las hacen dos rivales competitivos.

Cada uno tiene sus características definidas y con eso saldrán a buscar el triunfo. Son partidos lindos, porque cualquier aficionado que no sea de Uruguay o México compraría un boleto para ver el encuentro, aunque sea de primera fase, porque es muy llamativo el choque de ambos equipos que siempre brindan espectáculo”.

Abreu jugó en siete equipos en el futbol mexicano: Cruz Azul, América, Tigres, Monterrey, San Luis, Dorados y Tecos y, precisamente en estos dos últimos, que ya no militan en Primera División, fue donde dejó el corazón.

Uno no sabe por qué te encariñas más con un equipo en donde descendiste o no ganaste nada, pero me gustaría ayudarlos, desde la trinchera que se pueda, como directivo, jugador, inversionista o como aficionado para que los dos vuelvan a los primeros planos”.

De cualquier forma, cree que México no es favorito para ganar la Copa América.

Excelsior.

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