Después de tanta fiesta ya es hora volver nuestra atención al escenario mundial, desde la última columna de este espacio han ocurrido dos eventos definitorios importantes que tendrán una estela de cambios en el corto, mediano y largo plazo, ambos con consecuencias importantes y de amplio espectro.
El primero fue el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y los Estados Unidos. Es un evento importante, aunque no del todo inesperado. Tenía ya tiempo que esa posibilidad se manejaba entre algunos disidentes cubanos en Miami y finalmente esa postura obtuvo ventaja a la hora de llegar al escritorio de Obama. Es una maniobra interesante porque mata dos pájaros de un tiro, en lo doméstico sirve para crear diversos escenarios útiles en tiempos en que los estadounidenses ya planean candidaturas concretas y comienzan a articular los discursos de la estación electoral, entre los republicanos la decisión sacó ampollas, para la mayoría de la gente fue una decisión de sentido común, para los cubanos de Miami un antes y un después que divide claramente a la comunidad hispana más importante de Florida, un Estado que podría ser clave en la siguiente elección del candidato republicano a la presidencia, el más sonado: Jeff Bush, hermano e hijo de los presidentes Bush.
En el plano internacional crea una importante bolsa de seguridad para Estados Unidos, tomando en cuenta que la estrategia rusa de recrear el contexto de la guerra fría ha tenido mucho éxito en los últimos años y hay que hacer notar que la crisis económica profunda que vive Venezuela deja huérfana de recursos a la Cuba anciana de los Castro, lo que naturalmente implicaba alguna clase de viraje político hacia Rusia (que Putin no habría dudado un segundo en aprovechar). Los Castro no son tontos, sabían que lo de Rusia sería más retórico que práctico y la gente no come retórica. La plena inclusión de Cuba en la América de “las Américas” si le obligará a ceñirse a la geopolítica latinoamericana y comenzará a tener que jugar a muchas más bandas, es el único modo de acercarse a China, que no habría arriesgado la molestia estadounidense al llevar su presencia a Cuba. Básicamente los Castro quieren jugársela con China, pero los chinos no los juntarían a menos que jugaran con Estados Unidos también.
Las consecuencias del fin de la paria cubana a nivel internacional, hará más compleja la política regional latinoamericana y en los próximos años veremos la batalla final entre la Latinoamérica populista y la menos populista.
El segundo evento importante es el ataque terrorista en Francia, porque así como lo de Cuba llega en buen momento en América lo de Francia llega en el peor para Europa. Con antisemitismo y anti-islamismo al alza, con partidos de ultra derecha ganando elecciones locales, en la misma Francia, el Frente de Marie Le Pen, en Austria y Alemania hay marchas neonazis (Merkel se vio obligada a tocar el tema en el mensaje de navidad), en Inglaterra se discute endurecer la política migratoria, en Italia hay tensiones rascando la superficie y todo cuando Europa necesita más inmigrantes que nunca para devolverle algo de vigor a su economía.
La muy postergada reforma al espacio Schengen definitivamente será discutida para aprobarse, pero el reto es que esa reforma no debilite más la economía europea. Este es el 11 de septiembre francés, cómo evolucione todo esto al interior de Francia determinará la reacción global de Europa ante un problema social, económico y político vital para la paz en sus calles y en las de muchos otros países del Norte de África y el Medio Oriente.
El año ha comenzado caliente y hay mucha elección clave en países importantes, el mundo sigue cambiando y yo les seguiré compartiendo mis observaciones con respeto a esos cambios. Espero que ya estén de vuelta al ritmo que desean y que tengan un año lleno de éxitos concretos. Feliz 2015.