¿Podemos vivir libres de estrés, ansiedad y miedo?

Hace muchos años un atribulado Áryuna le preguntó a Krisna como reducir su angustia, a lo que el dios respondió que actuara sin apegarse al fruto de sus acciones. Años más tarde, el Buda proclamó que el mundo entero se estaba incendiando, consumido por las llamas del dolor, la tristeza, la pena y la desesperanza, sugiriendo como “extinguidor” la toma de consciencia. Unos cuantos años después, Jesús invitaba a sus discípulos a vivir libres de preocupaciones y no preocuparse por lo que van a comer o beber, o por la ropa que van a ponerse, poniendo como ejemplo a los cuervos y las flores del campo.

Sin embargo, ninguno de ellos tenía que lidiar con las crisis que estamos enfrentando en prácticamente todos los frentes. Devaluaciones, inseguridad, deudas, calentamiento global, etc. Más aún, ellos no estaban rodeados por teléfonos inteligentes demandando nuestra atención (emails, twitter, facebook, whatsapp, etc.), cientos de canales de cable o el Internet; ni eran bombardeados constantemente con información que “debemos” saber, ofertas que “tenemos” que aprovechar y cien mil cosas que más nos vale tener o conocer, o de lo contrario poco a poquito nos iremos quedando irremediablemente atrás. En resumen, ellos vivieron en tiempos mucho menos estresantes que los nuestros. ¿Cierto?

¿Tienen alguna relevancia en nuestras ajetreadas vidas las enseñanzas de estos maestros de tiempos lejanos? ¿Es posible vencer la ansiedad, el miedo y el estrés o es un privilegio exclusivo de seres iluminados? ¿Existe alguna conexión entre la sabiduría milenaria y nuestra realidad cotidiana? ¿Qué han descubierto las ciencias modernas al respecto? ¿Hemos aprendido algo en los últimos 3000 años sobre cómo lidiar con el estrés y alcanzar la felicidad?

Tal vez es imposible eliminar completamente el estrés, el miedo y la ansiedad de nuestras vidas, pues parecen ser parte inherente de estar vivo.   Desafortunadamente muchos, al verse plagados por estas aflicciones, optan por anestesiarse para no sentirlas, usando alcohol, drogas, la televisión, el trabajo, el sexo, etc. o construyen muros a su alrededor. Pero estas estrategias no funcionan, y sólo sirven para insensibilizarles y robarles la experiencia de estar vivos.

Para lidiar con el estrés, la ansiedad y el temor, uno no tiene que escapar de la realidad ni evitar vivir, con la falsa esperanza de evitarles. Por el contrario, es necesario aceptar la vida en su totalidad, incluyendo dificultades, dolor, tristeza y decepciones, al igual que alegrías, éxtasis y el amor. Abrazar, en palabras de Zorba el griego, “la catástrofe total”.

¿Pero cómo hacerlo? Es imposible dar respuestas sencillas; sin embargo podemos ofrecer algunas sugerencias: Reconectar con nuestro cuerpo, nuestra postura y hábitos alimenticios, vivir en el presente, aprender a reconocer nuestros pensamientos e interrumpir la costumbre mental de “catastrofisar” el futuro; son sólo algunos ejemplos de cosas a nuestro alcance para influenciar nuestros sentimientos, liberarnos del yugo del estrés en nuestra existencia y comenzar a disfrutar más nuestras vidas.

Una estrategia que ha probado científicamente su eficacia, es el Programa de Reducción del Estrés basado en Mindfulness (PREM).

“Mindfulness” significa poner atención a lo que está ocurriendo, sin juzgar ni criticar. El programa desarrollado por Jon Kabat-Zin en la Universidad de Massachusetts y con más de 30 años de investigaciones científicas, ha probado su efectividad (reducción del 35% en síntomas médicos y 40% en síntomas psicológicos), por lo que se ha extendido por todo el mundo. Versiones del PREM, actualmente se imparten en universidades como Cambridge, Oxford, Harvard y Stanford, hospitales como Weill Cornell de Nueva York, MedStar Health en Washington y el Hospital de Massachusetts, así como empresas como Google, Nike, Twitter, Ford, Procter & Gamble y Toyota, entre muchas más.

La práctica del PREM ayuda con:

·       Problemas de estrés ·       Enfermedades cardiacas
·       Presión arterial ·       Conductas obsesivo-compulsivas
·       Problemas de sueño ·       Dificultades gastrointestinales
·       Depresión ·       Problemas de pareja
·       Abuso de sustancias ·       Desórdenes alimenticios
·       Ansiedad ·       Fortalecimiento del sistema inmunológico
·       Dolor crónico ·       La neuroplasticidad del cerebro.

 

El PREM es una herramienta para mejorar nuestra capacidad de trabajar y amar a los que nos rodean y a nosotros mismos, ayudándonos a vivir vidas más plenas.

Los días 11 y 12 de septiembre habrá un taller sobre el PREM en Querétaro. Para mayor información, no dudes en contactarme a: sergio@purna.org.mx

 

Por Sergio Rodríguez

Psicoterapeuta, especialista en relaciones, crecimiento e integración.

www.purna.org.mx

 

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