Te recordaremos algunos de los espacios que cobraron una nueva vida gracias a los libros y mundos que marcaron a sus lectores como si de verdad hubieran existido.

¿Quisieras conocer alguno de ellos?

#1 Illiers – Combray

_90857088_illiers-combrayEste pueblo queda a dos horas en auto al oeste de París, Francia. Su nombre original era Illiers, pero se extendió a Illiers – Combray en 1971, en honor a «En busca del tiempo perdido» (1913 – 1927), de Marcel Proust, y al centenario del nacimiento del escritor.

Parte de los hechos que recuerda el autor francés en «Por el camino de Swann», primera parte de «En busca del tiempo perdido», ocurren en el pueblo imaginario de Combray.

#2 Baker Street

_90857092_gettyimages-142474691Casi todos los que conocen a Sherlock Holmes, aunque no hayan leído sus libros, saben que vivía en el 221B de Baker Street, ubicada actualmente en el distrito de Marylebone, en el centro de Londres.

Hoy Baker Street luce como cualquier otra calle de la capital inglesa. Pero en el número 221 hay una placa recordatoria del personaje de Arthur Conan Doyle y al lado, un museo dedicado al investigador.

#3  Macondo

_90857130_gettyimages-485516443El Macondo de Gabriel García Márquez es un mundo imaginario como el condado de Yoknapatawpha creado por Faulkner.

Se inspiró en Aracataca, ciudad en el norte de Colombia, de unos 40.000 habitantes, y es el lugar donde se desarrollan «Cien años de soledad» y otras historias del Nobel.

#4 Plataforma 9 3/4

_90951698_gettyimages-149801064La plataforma ficticia en la estación King’s Cross, en Londres, por donde se toma el tren para llegar a Hogwarts, la escuela de magia donde se forman los hechiceros de la saga de Harry Potter.

Solo los magos pueden pasar a través de la plataforma 9 3/4.

Aunque para consuelo de los «muggles», existe un carrito atrapado a medio camino en la pared para que puedan tomarse fotos.

#5 Liliput

_90857127_gettyimages-2638275Mundialmente conocida por «Los viajes de Gulliver» (1726), del irlandés Jonathan Swift, era una isla ubicada en algún lugar del oceáno Índico, «al noroeste de la tierra de Van Diemen… a treinta grados, dos minutos de latitud Sur….», como cuenta el navegante en el libro.

Liliput era gobernada por un emperador y estaba habitada por personajes que medían apenas seis pulgadas y hablaban un idioma desconocido para Gulliver. Su capital era Mildendo.

BBC.

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