Una gran manera de recordar nuestra infancia es a través de los dulces que comíamos en las fiestas, en los recreos o cuando nuestros papás nos los daban como premio.

No nos podemos quejar, en nuestros tiempos (los que crecimos en la década de los noventa) no había eso de las campañas anti comida chatarra y podíamos atascarnos de dulces.

Lo mejor es que no eran muy caros y solo necesitábamos unos cuantos pesos, los cuales podíamos sacarlos de nuestros ‘domingos’.

Mira nuestra galería y revive aquellos tiempo.

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