El papa Francisco consideró, en una entrevista con el diario alemán Die Zeit publicada el jueves, que “habría que pensar” sobre la posibilidad de ordenar como sacerdotes a los viri probati, hombres casados sobre todo jubilados y muy implicados en la Iglesia.

También debemos determinar cuáles serían sus funciones, por ejemplo, en localidades remotas”, detalló el Sumo Pontífice, concretizando un poco más el proyecto que lleva evocando varios años.

Muchos miembros de la Iglesia creen que, ante la falta de párrocos en numerosos países, habría que abrir una nueva vía: junto con los sacerdotes, que hacen voto de celibato en su ordenación, recomiendan ordenar a los viri probati, hombres casados que tengan tiempo a causa de su jubilación y que puedan demostrar un compromiso duradero con la Iglesia.

Los católicos que deseen ponerse al servicio de la Iglesia tendrían la posibilidad de hacerse diáconos, pero no curas.

En varias ocasiones, el pontífice había afirmado que la prohibición de ordenar a hombres casados no era un punto de doctrina intangible y que permitir elegir a los seminaristas entre el celibato o no no es “la solución”.

Además, el Papa tiene sus preocupaciones pastorales sobre hombres que han dejado el ministerio para casarse.

Francisco mantuvo una amistad con la viuda argentina de un amigo que dejó el sacerdocio para casarse, y el año pasado pasó uno de sus viernes de perdón visitando al hombre que había dejado el sacerdocio para tener familia.

PUERTAS CERRADAS

Su antecesor, Benedicto XVI, se opuso acérrimamente a abrir las puertas a los curas de rito latino casados.

Durante su pontificado, Joseph Ratzinger (nombre secular de Benedicto XVI), dijo que “si se abolía el celibato se presentaría un nuevo problema, el de los sacerdotes divorciados”. según informó la agencia EFE en 2006.

De hecho, en su día, algunos arzobispos urgieron por un cambio hacia la modernidad en la Iglesia.

El ya retirado Emmanuel Milingo, oriundo de Zambia y casado con una coreana, pidió la restitución del “sacerdocio con matrimonio para restablecer la salud de nuestra Iglesia”, indicó la agencia española. Benedicto excomulgó a Milingo después que éste consagrase como obispos a tres sacerdotes casados.

El sacerdote casado italiano Giuseppe Serrone también pidió a Benedicto XVI que les concediera los mismos derechos que a los sacerdotes anglicanos y de la Iglesia Episcopal que se pasaron a la Iglesia católica y fueron acogidos por el Vaticano sin tomar en cuenta que estaban casados y con hijos.  El Vaticano alegó que “esos son casos especiales”, que deben ser tratados de manera diferente, “mientras que para los curas católicos de rito latino se debe mantener lo establecido por el II Concilio de Letrán, en 1139: el celibato”, apuntó EFE.

La propuesta de viri probati ha vuelto a la palestra bajo la dirección del primer Papa latinoamericano de la historia, gracias en parte a su apreciación de los desafíos que la Iglesia enfrenta en lugares como Brasil, país de gran población católica que tiene una aguda escasez de sacerdotes.

Hace unas semanas, se reportó que el cardenal brasileño Claudio Hummes, quien desde hace mucho es amigo de Francisco y fue jefe de la oficina para el clero del Vaticano, está ejerciendo presión para que se permita a los viri probati en el Amazonas, donde la Iglesia cuenta con alrededor de un sacerdote por cada diez mil católicos.

-Con información de AFP y AP

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