Según lo discutido en el Foro Económico Mundial 2022 se avecinan momentos difíciles que podrían ocasionar una recesión a escala global, donde los riesgos avanzan desde cuatro frentes: la pobreza alimentaria, la crisis energética, la inflación y el cambio climático. En esta ocasión nos enfocaremos en este último, siendo la panacea de la problemática dado que en caso de desatenderse podrá tener repercusiones en los otros frentes mencionados.
El cambio climático interactúa con la economía de dos maneras: a través de los impactos directos que tiene en las temperaturas registradas y eventos climáticos extremos; y a través de los riesgos implícitos dentro del proceso de transición hacia una economía baja en emisiones de carbono. A través de estas dos maneras es que incide en las variables macroeconómicas y sociales de gran alcance como es el caso de la producción, el empleo y la inflación.
Por el lado de la producción las afectaciones conllevan a una caída por la destrucción física del acervo productivo, séase la pérdida de tierras cultivables, la maquinaria y equipo o el producto final, lo que provoca por extensión una caída en el empleo de los sectores perjudicados.
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