La política no puede permanecer ajena al 50% de la población, tampoco discriminar o dificultar el acceso de esa mitad a la política, por eso es necesaria la participación de la mujer, no sólo en la política, sino en todos los ámbitos, expresó el Diputado Federal, Marcos Aguilar Vega, luego de pedir a panistas estar preparadas y decididas para competir en elecciones del 2015, lo anterior durante su encuentro con 400 mujeres.

“Necesitamos su visión, su sentir, su voz, su lucha porque es la forma en la que las mujeres transfieren su vocación y su poder de transformar todo aquello en lo que participan”.

Durante el desayuno mensual de la Secretaría de Promoción Política de la Mujer del Comité Directivo Municipal del PAN, Aguilar Vega señaló que nuestro país no ha sido incluyente y no le ha permitido a las mujeres participar en política, pero día a día se han rotó barreras y hoy estamos a menos de un año para cambiar la cara política de México, y para ello existe enorme talento, pasión, honestidad, inteligencia y fuerza para darle a Querétaro la representación que hoy necesita a través de sus mujeres.

Es tiempo, les dijo, que tomen las decisiones que este país y estado necesitan y con ello México habrá de sufrir una profunda transformación, donde las mujeres asuman las causas de los ciudadanos.

Acompañado de la Presidenta del Comité Directivo Municipal del Partido Acción Nacional, Beatriz Marmolejo, la Secretaria de Promoción Política de la Mujer en Querétaro, Beatriz Aguilar, así como de su esposa María Teresa García Acuña, el Diputado panista señaló que de los 2440 municipios y 16 delegaciones del DF que existen en el país, únicamente 168 están presididos por una mujer, eso representa sólo el 6.84%; a pesar de que más de la mitad de la población en México son mujeres.

Explicó que la igualdad significa para las mujeres y para todos los grupos discriminados, tener las mismas oportunidades, la equidad implica un conjunto de procesos de ajuste que incluyen la reparación de los daños causados por la desigualdad y subordinación vivida históricamente por las mujeres.

Destacó que aunque México fue uno de los últimos países latinoamericanos en reconocer el derecho de las mujeres para votar en elecciones nacionales en 1953, se logró fijar en el imaginario colectivo, la necesaria participación política de las mujeres como un ejercicio de derechos normalizado y habitual.

Sin embargo, para 1991 menos del 10% de los miembros del Congreso de la Unión eran mujeres.

De ello, derivan medidas que han impulsado la paridad de género, como en el caso de la obligatoriedad de cubrir cuotas en las candidaturas, para reducir la brecha. A partir de aquí ha habido una transformación con mayor ritmo.

“Actualmente, con la reforma político electoral, hemos apostado a fortalecer las acciones en torno a la paridad de género. Lo que queremos es garantizar una competencia más justa”, precisó.

Además, indicó se busca incrementar la participación de las mujeres, garantizando el 50-50 en candidaturas para Legislaturas federales y locales.

No obstante, reconoció que la paridad de género en el Congreso sigue estando lejos de ser perfecta; falta mucho por hacer para mejorar la situación de las mujeres en la política mexicana (particularmente en los estados y municipios), por ello es vital que se integren también, en mayor proporción y posiciones más relevantes, a las administraciones estatales y municipales, siguiendo principios meritocráticos y con sueldos iguales a los de los varones en posiciones similares.

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