Política de #Mujeres ó #Mujeres en la Política»

Existen diversos tipos de reglas, algunas con un poder coercitivo tal que nos llevan a no vulnerar su cumplimiento; existen otras donde su sanción la encontramos en el “rechazo social” del que podemos ser objeto si no las cumplimos; algunas más de carácter moral o religioso, donde su incumplimiento nos conduce a una intranquilidad espiritual. Las normas, al final del día se han realizado y las hemos construido como sociedad para garantizar de alguna forma y medida las relaciones sociales, las relaciones entre individuos. Aunque considero que si cada hombre, mujer, hiciéramos lo que nos corresponde, la generación de más y más normas no sería necesaria.

Es así como al nacer, traemos ya sin saberlo una seria de condicionamientos, de costumbres, de estereotipos, de aspectos culturales que nos son enseñados. Y no juzgo la forma ni sus contenidos, pues todos y todas los hemos aprendido y es así como los reproducimos. Por ello, desde que somos niños o niñas somos vestidos de azul o rosa, conforme vamos creciendo hay actividades que nos son permitidas y algunos no, de acuerdo a nuestro sexo; y si llegara el caso de ser una familia “permisiva” donde niños realicen actividades “exclusivas” para niñas y viceversa, podemos ser criticadas y criticados por la forma de educar a nuestras pequeñas y pequeños.

Es así, como a lo largo de nuestra vida, hemos estado sujetas y sujetos a reglas, algunos escritas otras no; pero contundentes en su cumplimiento.

La política no es la excepción. Las reglas dentro de la Política en nuestro país fue hecha, escrita y dirigida por “hombres”; hoy en pleno siglo XXI en el año 2015 – y por cierto, año electoral en Querétaro – la forma y el fondo en política sigue siendo bajo las reglas establecidas por un conjunto de personas, (en su totalidad hombres) que señalan, dirigen, acuerdan, deciden, planean, proponen, disponen y ejecutan las acciones en cada uno de los actores y “actoras” para la conformación de la Política en México.

¿De qué forma nosotras las #mujeres incidimos en la política? ¿Hacemos nosotras las #mujeres política de #mujeres, o seguimos patrones masculinos en el quehacer político? ¿Nuestro comportamiento en la vida política de nuestro país es bajo los esquemas impuestos o buscamos generar nuevos paradigmas?

La vida de una #mujer dentro de la política tiene diversas modalidades, en algunas de las ocasiones sin darnos cuenta “hacemos política” y “somos políticas” sin reparar en ello.

Durante mi vida como integrante de un partido político, (aproximadamente 13 años) he visto, vivido, experimentado situaciones que aun no siendo gratas he buscado la forma de aprender de ellas. Tarea nada sencilla. Pues los golpeteos y las jugarretas son duras. Pero que de alguna manera me han impulsado a continuar trabajando desde este lado de la cancha. Para algunos y algunas podría parecer una posición cómoda, pero puedo asegurarles que no lo es. Y tan no lo es, porque el compromiso es aún mayor. Desde esta perspectiva identifico que existimos una gran variedad de #mujeres, que aunque compartimos la dicha y el orgullo de ser sexualmente “femeninas” , no siempre (y en la mayoría de la veces) jugamos el mismo juego o del mismo lado de la cancha. ¿Porqué a pesar de tener objetivos comunes, necesidades comunes, soluciones comunes; no buscamos hacer un juego en comunión? Mi primera hipótesis es: “porque jugamos con reglas no escritas por nosotras, con reglas hechas por hombres” y sinceramente esto nos hace mucho más difícil el camino.

Pareciera un juego sencillo, pero no lo es. La política bajo las reglas hechas por hombres, permite sólo a éstos encontrarse en las mesas de decisión y negociación. Y aunque los partidos políticos se esmeran en señalar que “son incluyentes” basta observar sus fotografías de los “grandes eventos políticos” y observar quienes se encuentran en primera línea. O también observemos aquellas imágenes de la integración de los “gabinetes” tanto del Gobernador del Estado como de los Ayuntamientos, para darnos una idea de saber en quién o quienes tienen depositada “ellos” su confianza. Hoy que se habla de temas de IGUALDAD, PARIDAD, EQUIDAD, se suele confundir el significado de cada uno de éstos términos, y caemos en la respuesta más simple: “es que hay que dejar que las mujeres ocupen candidaturas” No existe un reconocimiento de un derecho, sino que se habla de concesiones. Concesiones que cuestan mucho para “los hombres políticos” ceder.

Entre nosotras las #mujeres, existe una gran disputa por el “reconocimiento” desgraciadamente no por un “reconocimiento” entre nosotras mismas, sino un reconocimiento frente a “ellos”; porque de acuerdo a esas “reglas” es la única forma (que se concibe) para acceder a una posición de decisión. Ya que si ubicamos aquellas posiciones en las que nosotras las #mujeres somos ubicadas en un proceso electoral o en una “campaña” es: cruceros, repartiendo propaganda casa por casa, conformando grupos de “mujeres” con las que el candidato pueda reunirse, recorridos, haciendo los “loches” parar los eventos, brigadas de promoción del voto, gestionando apoyos; entre otros. Suele ocurrir que pocas #mujeres son las que se encuentran en el área estratégica de la campaña, en la coordinación de la campaña, en la elaboración de planeación de la campaña, en la gestión y utilización del recursos de la campaña. Por ende, cuando se logra una posición gracias a la confianza y al voto de los y las ciudadanas, muy pocas mujeres ocupan cargos de decisión en la Administración Pública. Pero así son las “reglas” y hay dos opciones: se acatan o quedas fuera. Dura decisión.

Mi segunda hipótesis se refiere a nosotras las #mujeres que participamos en política, en partidos políticos y buscamos hacer nuestras propias reglas. Una Política de #Mujeres, con #mujeres, para #mujeres. Donde la credibilidad, la confianza en las mujeres se incremente, donde las “negociaciones” sean desde otra mirada, donde la participación de hombres y mujeres sea reconocida, donde la congruencia entre lo que se dice, se piensa y se hace sea nuestra carta de presentación ante una sociedad que necesita creer, confiar, hacer equipo. Donde no se pierda de vista que podemos ocupar una posición política, pero que al paso de la vida y del tiempo, nunca dejaremos de ser ciudadanas y ciudadanos que tienen hijos, hijas, padres, familia; que viven en nuestro Municipio, en nuestro Estado, en nuestro País y que los actos que realicemos serán causa del futuro de nuestras familias.

Requerimos ser cada vez más #mujeres las que nos interesemos en la política de nuestra Nación, que caminemos juntas, que seamos incluyentes, aliadas. Que brindemos nuevas propuestas y formas de “hacer política”

La política se construye, se hace día con día. La generas tú, yo, el o la vecina. Se requiere una visión distinta de hechos, de contenido, de palabras. Ya no son sólo palabras o buenas intenciones. Requerimos hechos contundentes. Hoy es el inicio, ¡¡caminemos juntas!!

Compartir