El sistema de pensiones mexicano está rebasado y requiere reinventarse, comentó el Delegado Federal del Trabajo, Gerardo Vázquez Mellado Zolezzi. Considerando que las contribuciones al sistema de pensiones en México son muy bajas en comparación con los porcentajes de aportación para el retiro a nivel internacional. Por ejemplo en Italia la aportación es del 33%, en Uruguay 27.5%, Suiza 25% y 16% en Polonia.

En nuestro país, la aportación para el retiro representa sólo 6.5% del Salario Base de Cotización (SBC) de los trabajadores. Misma que es tripartita y se integra de la siguiente forma: el trabajador aporta 1.125% del SBC; el patrón aporta 5.150%, y el Gobierno, 0.225 por ciento. Lo que significa que un empleado mexicano que gana un sueldo promedio X recibirá una pensión equivalente al 26% de su último salario.

Según el estudio ‘EL SISTEMA DE PENSIONES EN MÉXICO’, elaborado por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) para que un trabajador con una cuenta de ahorro para el retiro obtenga una pensión de por lo menos 50 por ciento de su último salario, es necesario que la contribución obligatoria que se realiza pase de 6.5% a 13 o 18 por ciento como mínimo.

La pensión es insuficiente para cubrir necesida­des básicas de una familia, “al momento del retiro las personas todavía tienen muchos años por vivir y hay un gran riesgo de que su ahorro para el retiro no sea suficiente para preservar un nivel de vida decoroso. Tomando en cuenta también que el aumento en la expec­tativa de vida en México va en aumento y extiende el tiempo de cobertura de las pensiones y configura una amenaza más para los recursos públicos. En México, la población mayor de 60 años pasó de 2.7 millones a 10.2 millones entre 1997 y 2010, por lo que el costo de las pensiones se incrementará aceleradamente en los próximos años.

Además de que en los últimos 20 años se ha perdido el 74.5% del poder adquisitivo del salario, lo que limita el ahorro voluntario que generaría un crecimiento en los recursos de la cual saldrá la pensión”, agregó.

En el país seis de cada 10 mexicanos mayores de 65 años no están en ningún sistema de retiro que garantice una pensión en la vejez, es decir su vida laboral fue en la informalidad. Quienes hoy tienen entre 25 o 35 años serán adultos mayores en 2050, y para entonces habrá 13 mexicanos en edad de recibir una pensión por cada 10 jóvenes laboralmente activos y aportantes al sistema.

De acuerdo a las cifras de las personas adultas mayores que buscan empleo en el Instituto Nacional para las Personas Adultas Mayores Delegación Querétaro (INAPAM), el 56% no tiene una pensión. Además de que el 95% de las personas adultas mayores que están pensionadas y que buscan un empleo en el INAPAM Querétaro se encuentran en el régimen del IMSS de 1973, situación que les permite incorporarse a empleos formales sin necesidad de suspender la pensión que actualmente tienen.

Por lo anterior, se reafirma la importancia de que los empleos sean formales y de crear empleos bien remunerados donde se tenga acceso a la seguridad social y donde el trabajador desde el inicio de su actividad laboral puedan generar ahorro para su pensión.

Las semanas cotizadas es el periodo de tiempo por el cual el trabajador ha laborado y cotizado al IMSS, dichas semanas se tomarán en cuenta para el cálculo de las pensiones que otorga el IMSS, entre más semanas cotizadas y reconocidas tenga el trabajador, será mayor la cuantía de su  pensión.  Actualmente hay dos esquemas para pensionarse, el Régimen de la Ley del Seguro Social 1973 y Régimen de la Ley del Seguro Social 1997 que exige 1 250 semanas.

De acuerdo a la  Institución Calificadora de Valores autorizada Moody’s de México dos de cada tres universidades públicas en México registran déficits en sus fondos de pensiones. En el Estado de Querétaro, el pasivo de la UAQ es de más de 10 mil millones de pesos por pensiones, el 40% del presupuesto de la universidad se destina para pagar las pensiones. Lo que significa que en unos años la UAQ no tendrá la capacidad financiera para solventar los pagos de jubilación y su gasto corriente.

 

“Es por todo esto que el sistema de Pensiones en el país y en los estados debe rediseñarse, reinventarse, desde aumentar la edad para la jubilación y aumentar el porcentaje de aportación  para que los adultos mayores tengan una calidad de vida y una estabilidad económica. El reto es de todos, autoridades, instituciones, centros de trabajo  y trabajadores para tener un México más justo, más equitativo e incluyente”, concluyó el delegado.

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