El walkman acaba de cumplir 35 años. Sus inicios no fueron sencillos, pero tampoco fortuitos. Conoce más del que, posiblemente, haya sido el primer dispositivo portátil que revolucionó la música.

A finales de los ’70 Masaru Ibuka pasaba mucho tiempo en vuelos transoceánicos entre Japón y EE.UU. El país norteamericano se había convertido en una prioridad para los japoneses ya que gozaban de un gran mercado donde vender sus productos. En esos viajes, a Ibuka san, le gustaba relajarse con música clásica pero no había una manera eficaz de escucharla ya que necesitaba un reproductor estéreo, algo muy grande y pesado en la época, y el equipo que llevaba consigo, un Sony TC-D5 como el de la foto, era demasiado pesado y aparatoso.

Cuatro meses más tarde el TPS-L2 ya estaba listo con doble entrada de jack para compartir la música pero el nombre no era muy comercial, admitámoslo. La fecha de lanzamiento se acercaba y nadie se ponía de acuerdo con el nombre. Desde Sony America propusieron «Sony Disco Jogger» ya que la música disco y el jogging eran muy populares eran muy populares en la época. En cambio, Ibuka san, quería llamarlo Walkman, siguiendo la línea marcada por el Pressman. Por fin algo de coherencia. Por otro lado, Morita sama hizo uso de su cargo y acabó llamando al producto «Sundabout» en su salida en el mercado norteamericano. De hecho tuvo varios nombres hasta que no se utilizó el definitivo Walkman. En EE.UU el Sundabout, en el Reino Unido Stowaway y en Suecia el Freestyle.

Pero antes de salir de Japón, el nuevo invento vivió momentos de incertidumbre cuando en julio de 1979 apenas había vendido un par de miles de unidades. Ni siquiera había llegado a las cinco mil que sus creadores habían estimado como aceptables. Así que los responsables de ventas tuvieron que remangarse las camisas y bajar a las calles de Tokio con unidades de prueba para enseñar a los ciudadanos las bondades y virtudes del Walkman. El resultado fue rotundo: antes de llegar a septiembre se habían vendido cerca de 50.000 unidades. Éxito total.

La gente que viajaba a Japón compraba el novedoso dispositivo para llevarselo a casa como regalo para familiares o amigos. Con un precio que rondaba los 150$ de la época era algo que combinaba tres factores importantes para triunfar: novedad, excentricidad y tecnología. En abril de 1980, Morita sama declaraba en una reunión de ventas que «Walkman» sería el nombre comercial final y en junio del mismo año desembarcaba en los EE.UU preparado para triunfar. Tanto es así que se calcula que entre todos los modelos se han vendido 385 millones de unidades en todo el mundo. Un cifra que ha otorgado a Sony la categoría que tiene a día de hoy.

Por: Alt140

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