En el futuro ya no será tan necesario ir a los lugares que deseamos. Imagine que usted compró un boleto para escuchar a Björk o a Anna Netrebko con la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN), y a cambio recibió su comprobante y un visor de 360 grados. De última hora, el tráfico, el clima o algún imprevisto le impiden llegar.

Entonces usted toma su visor de realidad virtual y se conecta en línea para ver y escuchar ese esperado concierto en 360 grados con imagen de alta definición. ¿Y si no pudiera verlo en el momento? Ese concierto quedará en línea para que pueda observarlo, descargarlo y vivirlo las veces que así lo quiera.

Quizá en sus vacaciones desearía visitar las pirámides de Egipto u observar alguna zona arqueológica de otro país, pero no le alcanza el tiempo o el presupuesto. Entonces podrá tomar un visor, conectarse en línea, descargar una app y transportarse a todo color para explorar ese lugar tan ansiado.

También sería posible que, en ese futuro de realidad virtual, algunos médicos pudieran dar cursos de capacitación o especialización a sus colegas que trabajan en zonas rurales, sin invertir en transporte o cambiar de residencia para hacerlo.

Esto ya lo desarrolla una firma mexicana. Se llama VRbyVR que explora algunas de esas posibilidades de la realidad virtual a partir de fotografía y videos.

Por ahora trabaja en la creación de un banco de imágenes en 360 grados para el Gobierno de la Ciudad de México que incluirá lugares turísticos de la Ciudad, la oferta de restaurantes, parques, museos y lugares nocturnos; y otro más para el Consejo de Promoción Turística de México (CPTM), donde incluirán contenidos de zonas arqueológicas como Teotihuacán, Chichen Itzá y Monte Albán.

 

Con información de Excelsior.

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