Actualmente es imposible para muchas personas salir de casa sin su teléfono celular y rumbo a 2025 esa dependencia crecerá, sobre todo porque la misma población hará que industrias como el transporte público se transformen ante la necesidad de estar siempre conectados a la red.

Según Rémi de Fouchier, vicepresidente de marketing y comunicaciones del segmento móvil de Gemalto, las expectativas indican que 61.2 por ciento de la población mundial tendrá acceso a internet para 2018 gracias a los dispositivos móviles.

Esto provoca que no sólo los operadores de telefonía móvil inviertan para mejorar la conexión, velocidad y ancho de banda; también otras industrias están desplegando una estrategia para aprovechar las aplicaciones, internet y cumplir con las demandas de nuevas generaciones.

“Una encuesta sobre las expectativas para el mundo de la telefonía móvil en el futuro muestra la aparición de ciudades inteligentes donde la gente vive en una sociedad hiperconectada y utiliza el smartphone para más de lo que se creía posible hace unos años”, aseguró De Fouchier.

En el estudio “Vida Conectada: cuál podría ser el impacto de la tecnología en la vida cotidiana del 2025”, elaborado por Gemalto, se mostró que el transporte púbico sería uno de los sectores que más cambiarán porque una gran parte de los mil 200 jóvenes encuestados prevé que, alrededor del mundo, se añadan nuevos sistemas para conectarse a la red aun bajo tierra, como en el metro.

Por ejemplo, 70 por ciento espera que, mientras se dirige al trabajo, podrá ver su programa favorito en la pantalla de su celular estando sentado en el camión gracias a que se instalarán redes de internet con mayor velocidad.

O bien, esperan que los boletos impresos desaparezcan y sean reemplazados por la tecnología llamada Near Field Communication, esto significa que el celular con una aplicación sería la forma de acceder a estos servicios.

“Aunque es interesante la idea de que los sistemas de transporte del mañana serán inteligentes”, añadió.

AUTOS

Destaca que las nuevas generaciones esperan un cambio en el transporte personal, es decir, que en la próxima década estén en el mercado los vehículos autónomos.

Éstos se convertirán en espacios de productividad, al permitir a la gente ponerse al día con el trabajo, o de descanso porque no falta quien piense que podrán equiparse hasta con camas.

Y también contarán con nuevas tecnologías como lectores de ADN para ponerlo en marcha, dejando muy atrás a las clásicas llaves, así como mapas en tercera dimensión y centros de entretenimiento.

Excelsior.

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