El mapa de los lugares que visitamos o por donde solemos movernos dice mucho de nosotros. De ahí el interés de las grandes compañías y de los anunciantes por conocerlo, porque es un dato que, igual que a tus gustos, tu ideología política o a tu estilo de vida, se le puede sacar un rendimiento comercial.

Se puede perfilar a las personas a partir de estos y otros datos personales, pero muchas veces ni si quiera somos conscientes, porque los estamos ofreciendo de manera implícita. En particular con la geolocalización ocurre más a menudo de los que nos pensamos.

Sería ingenuo pensar que nuestra geolocalización sólo da información del lugar en el que estamos. Si acudimos a una manifestación, por ejemplo, damos información de nuestra ideología política. Si siempre vamos al mismo estadio de fútbol, sabrán cuál es nuestro equipo.

Pero es que cruzando esa información con otras bases de datos, como los Points of Interest (PoI) o el Catastro, es fácil saber si la casa en la que vives es tuya o vives de alquiler, tu salario medio o qué tiendas visitas. Además, trazando el recorrido que has hecho se puede saber en qué medio de transportes te moviste, en cuántas casas duermes o si realizas viajes por placer o de negocios.

Y al igual que tú, hay millones de usuarios dejando huellas allá por por donde pasan. Cruzando vuestros “mapas” se puede saber si has coincido con alguien y de quién se trata.

¿CÓMO SABEN DÓNDE ESTÁS?

Para saber dónde se encuentra un usuario, las aplicaciones móviles y servicios digitales se sirven de varios recursos, a veces explícitos y otros bastante más sutiles, incluso de forma oculta.

El más evidente es pedir permiso de acceso a tu geolocalización; algunas como Tinder lo establecen como requisito para poder usarla y otras son más sutiles, incluyéndolo en la política de privacidad o en los términos de uso (que muy pocos leen, por otro lado).

La dirección IP de conexión también da información sobre la geolocalizacion del usuario. Aunque, como señala Alonso, no es del todo exacta y se puede ocultar utilizando la red anónima TOR, servidores Proxy o conexiones VPN.

A veces para conectar un dispositivo móvil a una red es necesario un punto físico, lo que de nuevo da información concreta de dónde estás. El WiFi de aeropuertos y centros comerciales o una red de área son claros ejemplos, pero también las operadoras controlan este dato, a través de sus antenas fijas cuando un terminal se conecta a ellas.

iOS y Android emplean la técnica de WarDriving par localizar sus dispositivos. Si están conectado a una WiFi, te pueden triangular porque la tienen localizada en un mapa.

Sin Embargo

Compartir