Android y iPhone, las dos grandes marcas de móviles que dominan el mercado mundial, apuntan a segmentos distintos de consumidores. Ahora, una nueva investigación llevada a cabo por psicólogos de la Universidad de Lincoln, Lancaster y Hertfordshire (Reino Unido) demuestra las diferencias de personalidad entre ambos usuarios.

 

Para el estudio, los investigadores contaron con 500 participantes que tuvieron que responder a un conjunto de preguntas sobre sí mismos y sobre su actitud hacia su móvil. Una de las primeras conclusiones fue que los usuarios de iPhone tienen más del doble de posibilidades de ser mujeres.

 

Los smartphones comenzaron a ser populares en 2007, con la llegada del primer iPhone

 

Además, los usuarios de iPhone ven más su móvil como un objeto que evoca el estatus social, y los usuarios de Android están menos preocupados por el hecho de que su smartphone lo posean muchas personas o sea el escogido por la mayoría de ellas.

 

Principales diferencias de personalidad entre usuarios de iPhone y de Android

El estudio encontró diferencias clave en la personalidad: los usuarios de iPhone muestran niveles más bajos de honestidad y humildad y mayores niveles de emotividad. También eran más extrovertidos que los usuarios de Android.

En contraposición, los usuarios de Android tenían más posibilidades de ser hombres, mayores y menos interesados en el estatus social. En cuanto a la personalidad, los propietarios de dispositivos Android mostraban más honestidad y conveniencia y eran menos propensos a romper las reglas para su beneficio personal.

 

Con estos resultados, los expertos diseñaron y probaron un  software destinado a predecir el tipo de usuario según su teléfono móvil: el programa predijo el tipo de usuario de móvil por encima de los niveles de probabilidad.

 

En este estudio, demostramos por primera vez que la elección de un individuo del sistema operativo de un smartphone puede proporcionar pistas útiles a la hora de predecir su personalidad y otras características individuales”, explica David Ellis, coautor del trabajo.

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