Nos pasamos casi un tercio de nuestra vida durmiendo, y quizás muchas veces te hayas planteado si esta pérdida de tiempo tiene algún sentido. Pues bien, el sueño es el precio que pagamos por tener un cerebro plástico, capaz de aprender cosas nuevas a lo largo de toda la vida.

Durante el descanso nocturno nuestra mente pulsa el botón reset y hace una buena limpieza que nos permitirá estar frescos al día siguiente. Esto no es complicado de entender pero, ¿cómo sucede ese proceso a nivel fisiológico? Tras cuatro años de investigación, un equipo de científicos nos enseña imágenes de alta resolución de cerebros de ratones de laboratorio en las que podemos observar directamente el fenómeno.

Estas imágenes, obtenidas por microscopía electrónica en 3D de alta resolución espacial, nos sugieren lo que sucede en nuestro propio cerebro todos los días: las sinapsis – zonas de unión entre dos neuronas– engordan durante el día, pero durante la noche pueden perder hasta el 20% de su tamaño. Se trata pues de una prueba visual de lo que el equipo llama «hipótesis de la homeostasis neuronal»: las neuronas que se activan durante el día aumentan de tamaño, y dicho aumento parece jugar un papel importante en el aprendizaje y la  memoria.

Sin embargo, este crecimiento necesita ser equilibrado, pues si todas nuestras células cerebrales aumentaran ilimitadamente de tamaño se produciría un colapso en la transmisión de las señales neuronales. El sueño es el momento perfecto para llevar acabo ese proceso de normalización, ya que durante esas horas tenemos que prestar menos atención a lo que sucede en el mundo exterior.

sinapsis en ratones

Para comprobarlo, los investigadores, que publican su trabajo en la revista Science, fotografiaron, reconstruyeron y analizaron dos áreas diferentes de la corteza cerebral de ratones de laboratorio, llegando a reconstruir y medir casi 7.000 sinapsis.
Los resultados revelaron que, efectivamente, unas pocas horas de sueño tienen como consecuencia una disminución del 18% en el tamaño medio de las sinapsis. Estos cambios se produjeron en las dos zonas cerebrales estudiadas y fueron proporcionales al tamaño de las sinapsis.

Cada noche trillones de sinapsis en nuestra corteza cerebral estarían perdiendo casi un 20% de su tamaño

«Nuestro trabajo demuestra que, en términos ultra-estructurales inequívocos, el equilibrio en el tamaño de las sinapsis se altera durante la vigilia y es restaurado durante el sueño», explica Chiara Cirelli, del Centro de Vigilia y Sueño de Wisconsin. «Extrapolando los resultados a lo que sucede en un cerebro humano, esto significa que cada noche trillones de sinapsis en nuestra corteza cerebral estarían perdiendo casi un 20% del tamaño que tienen durante el día», concluye Giulio Tononi, otro de los participantes en el estudio.
Fotos: Centro de Vigilia y Sueño de Wisconsin

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