El lupus puede afectar prácticamente a cualquier parte del organismo. Una nueva investigación ha descubierto un excelente aliado en los ácidos grasos.

Un nuevo estudio llevado a cabo por la Universidad Estatal de Míchigan (EE.UU.) sugiere que el ácido docosahexaenoico (DHA), un ácido graso esencial poliinsaturado de la serie omega-3, presente en el aceite de pescado y en los suplementos dietéticos, tiene el potencial de prevenir el lupus, una enfermedad crónica autoinmune que ataca por error las células y los tejidos sanos.

El lupus eritematoso sistémico es la forma más común de la enfermedad, lo que representa alrededor del 70% de todos los casos donde la piel suele ser la zona más afectada, seguida del cerebro, los riñones y los pulmones.

Existen una serie de factores ambientales que se cree desencadenan el lupus en individuos vulnerables. Uno de esos factores es la exposición a la sílice cristalina que puede presentarse en trabajos de minería, metalurgia, pinturas, mármol, cerámicas… la inhalación prolongada de compuestos químicos que contengan este compuesto natural aumentan el riesgo de desarrollar la enfermedad que, además, fue clasificado como carcinógeno tras demostrarse el aumento en el riesgo de sufrir cáncer de pulmón.

9 de cada 10 personas con lupus son mujeres

“Las células en el pulmón pueden engullir las partículas de sílice, pero es tan tóxico, que destruye estas células. Cuando mueren, se envían señales al sistema inmune de que algo está mal. Entonces, el cuerpo produce una respuesta tan fuerte que comienza a dirigirse a las células sanas”, explica Jack Harkema, coautor del estudio.

Los investigadores querían explorar si el DHA (una de las tres formas principales de los ácidos grasos Omega-3) podría ofrecer cierta protección contra los efectos tóxicos de la sílice cristalina. Para ello, los investigadores utilizaron ratones hembra que fueron genéticamente predispuestos a desarrollar lupus. Los ratones fueron asignados aleatoriamente a distintas dietas: una dieta que contenía 0,4% de DHA, otra con un 1,2%, otra con un 2,4 por ciento de DHA, o una dieta de control. Las dietas de DHA eran equivalentes a las dietas humanas que contienen 2, 6, o 12 gramos de DHA al día.

Tras 2 semanas, todos los grupos se expusieron a 1 miligramo de sílice cristalina una vez por semana durante 4 semanas y el experimento se prolongó por 12 semanas. Tras este tiempo, los científicos descubrieron que los ratones que fueron alimentados con DHA al 1,2% y al 2,4%, tuvieron significativamente menos lesiones pulmonares que los que ingirieron la dieta de control.
“El 96% de las lesiones pulmonares se detuvo con DHA después de haber sido desencadenada por las partículas de sílice. Nunca he visto una respuesta protectora tan dramática en el pulmón antes”, sentencia Harkema.

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