La dieta cetogénica, la relacionada con la sensibilización de los alimentos o la “detox” son algunos ejemplos de regímenes alimenticios “mágicos” sobre los que advierte la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) ante los riesgos sobre la salud y el efecto rebote (ganar igual o más peso del que teníamos en el punto de partida en cuanto se abandona la dieta).

 

Estos métodos de adelgazamiento, de eficacia no probada, “pueden provocar deficiencias de proteínas, vitaminas y minerales por la falta de consumo de los alimentos y producir efectos psicológicos negativos”, señala Irene Bretón, doctora del Área de Nutrición de la SEEN.

 

“En general -añade- son dietas monótonas que pueden ser deficitarias en nutrientes esenciales. Y, por supuesto, no están exentas de otros riesgos, como deshidratación, estreñimiento, hiperuricemia, etc”.

 

La SEEN recuerda que la pauta de alimentación para el tratamiento de la obesidad deber ser hipocalórica, equilibrada y adecuada para el paciente ya que es importante que se adapte a las características y al tipo de vida de cada persona.

 

Clasificación de las dietas alternativas

 

La doctora Bretón clasifica la dietas alternativas en el tratamiento de la obesidad en tres categorías:

 

Dietas pintorescas: Aquellas que sin seguir teoría científica alguna intentan convencer de la facilidad para llevarlas a cabo y su eficacia. Serían, por ejemplo, la dieta de la sopa, la de la alcachofa, la del limón etc.

Dietas especiales: No siguen las recomendaciones habituales de una dieta hipocalórica equilibrada, pero que, en determinadas circunstancias y con una indicación y un control del tratamiento por un médico especialista, se pueden emplear en pacientes concretos. A modo de ejemplo, las dietas de muy bajo contenido calórico.

Dietas pseudocientíficas: Las que pretenden basarse en fundamentos científicos, aunque no está comprobada su eficacia o seguridad. Por ejemplo, la dieta Dukan o la dieta disociada.

 

Dieta cetogénica

 

Es aquella que es baja en hidratos de carbono (limita los cereales, legumbres, tubérculos…) y permite la ingesta de todo tipo de grasas y alimentos ricos en proteína. Supone una perdida de peso superior pero no se conoce su seguridad a largo plazo.

 

“Desde el punto de vista metabólico, este tipo de dietas dan lugar a una mejoría más evidente de los niveles de triglicéridos y aumento de HDL que las dietas hipocalóricas convencionales, pero no están exentas de efectos secundarios”, apunta la SEEN.

 

En cuanto al contenido nutricional, algunos estudios han observado que son deficitarias en vitaminas A, B6, C y E, tiamina, folato, calcio, magnesio, hierro, potasio y fibra hasta el punto de que se recomienda la toma de suplementos multivitamínicos, fibra y, en la mujer, de calcio.

 

Dietas de adelgazamiento: errores

 

Muy utilizadas en los últimos años, la más famosa es la Dukan, promueven una alimentación rica en proteínas y baja en grasas e hidratos de carbono, lo que induce a una rápida pérdida de peso y un importante efecto saciante pero conllevan mayor riesgo de urolitiasis o cetoacidosis grave.

 

Dieta del grupo sanguineo

 

Esta dieta se basa en la clasificación tradicional de los grupos sanguíneos A, B, AB y O, sin tener en cuenta el factor Rh. Según una supuesta “base científica y antropológica”, las personas deberían seguir una alimentación de acuerdo con estos grupos:

 

Tipo O “Cazador”: A las personas que portan este grupo sanguíneo le engordan alimentos como el trigo, maíz, coles, judías, lentejas y coliflor y le adelgazan las algas marinas, el pescado, carnes rojas, hígado, espinacas y brócoli.

Tipo A “Agricultor”: A este grupo sanguíneo le engordan la carne, los lácteos, habas y trigo y le adelgazan los vegetales, piña, aceites vegetales y derivados de la soja.

Tipo B “Nómada”: En este caso, los alimentos que engordan son el maíz, lentejas, cacahuete, sésamo trigo y adelgazan las verduras de hoja verde, la carne, huevos lácteos e hígado.

Tipo AB “Enigma”: A este grupo le engordan las carnes rojas, alubias, sésamo, judías, trigo y adelgazan las algas, pescado, verduras de hoja verde, lácteos y piña.

 

Dietas basadas en un solo alimento

 

Este tipo de dietas aparecen con mucha frecuencia en los medios de comunicación avaladas por personajes famosos, como la de la alcachofa que se convierte en el ingrediente principal en la comida y la cena.

 

También la dieta del limón que se basa en unas supuestas propiedades del limón para depurar el organismo y promete una pérdida de peso de hasta 7 kilis en un plazo de 5 días, a base de tomar hasta 8 vasos al día de zumo de limón a temperatura ambiente, nunca fría. En este caso concreto, la idea mágica de la dieta se potencia al tener que utilizar unas cantidades concretas de alimentos.

 

Dieta detox

 

Este tipo de pauta se basa en que existen tóxicos en los alimentos y en el ambiente, que precisan de diversos mecanismos de depuración, fundamentalmente en el hígado. Algunos nutrientes pueden favorecer el funcionamiento de estos mecanismos.

 

La pauta de dieta “detox” se basa fundamentalmente en preparados de frutas y verduras y se suele suplementar con productos comerciales que aportan diversos nutrientes (antioxidantes y otros) con la supuesta finalidad de favorecer la limpieza de las sustancias tóxicas del organismo. Restringe algunos alimentos como carnes, lácteos, huevos y pescados, entre otros.

 

Este tipo de dietas no están exentas de efectos secundarios. Por lo general resultan pobres en proteínas. Una dieta hipocalórica debe aportar una cantidad suficiente de proteínas para prevenir la pérdida de masa muscular y otros problemas. Además, pueden ser deficitarias en otros micronutrientes como zinc y calcio, entre otros.

 

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