El señor Barrera Simón murió a los 57 años. En sus últimos días requirió de respiración artificial, el corazón le trabajaba a medias y no le funcionaban los riñones, el hígado ni los ojos. Tenía diabetes pero ingresó por un edema pulmonar (acumulación anormal de líquido en los pulmones) a la Clínica 32 del Instituto Mexicano del Seguro Social ubicada en Villa Coapa, y nunca se recuperó de la tos y asfixia que lo desesperaban.

Rodrigo Barrera suspendió su carrera de ingeniería mecánica en la Universidad Nacional Autónoma de México para atender a su padre de esa enfermedad crónica que padecen 10 millones de mexicanos, sin contar a los más de 7 millones que tienen elevados niveles de glucosa en la sangre.

Con todo, considera que se trató de un caso “afortunado” porque en los 12 años que la diabetes fue minando a don Natividad su familia consiguió que fuera atendido en las instituciones públicas de salud. Eso sí, a costa de decenas de trámites burocráticos, meses de espera para consultas, semanas para saber el resultado de los estudios –cada vez que el paciente recaía– horas en la sala de urgencias.

“Lo tienen que ver a uno casi muerto para que lo atiendan”, dice Rodrigo.

El sobrepeso, la obesidad y la diabetes no son atendidos de manera integral en las instituciones públicas de salud. Ni siquiera se cuenta con un diagnóstico exacto de la pandemia: su origen, evolución y alternativas para combatirla. Tampoco se destinan los recursos suficientes para contrarrestarla.

Mientras tanto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) colocan a México como un foco rojo en la incidencia de este tipo de enfermedades crónicas, que desgastan la salud y la economía de los pacientes y sus familias.

En el Presupuesto de Egresos de la Federación 2016 (PEF) no se ven esfuerzos gubernamentales para atender de manera integral esta “emergencia sanitaria”, como la considera la Secretaría de Salud. Especialistas consultados por Proceso indican que la asignación de recursos para el sector raya en la inercia y los programas no se evalúan por su impacto ni se transparentan.

PRESUPUESTO

El presupuesto aprobado en el sector salud para este año se redujo 2%, respecto a 2015, es decir, consta de 132 mil 216 millones de pesos, 2 mil 631 millones menos. Y eso que los diputados lograron reducir el recorte planteado por la Secretaría de Hacienda, que alcanzaba prácticamente el 4%.

IMPUESTO A REFRESCO

Para 2016 el Gobierno federal proyecta recaudar alrededor de 21 mil millones de pesos por el impuesto a las bebidas azucaradas con alto contenido calórico. Parte de ese monto se destinará a las participaciones que se otorgan a los estados y el resto se canalizará a programas de prevención, detección temprana, control y tratamiento de sobrepeso, obesidad y las enfermedades crónicas asociadas con ella, como la diabetes.

Se pretende aumentar los servicios de agua potable, incluidos bebederos.

COSTOS

Respecto al combate a la obesidad y sobrepeso, así como la prevención de la diabetes, el Imco reporta en su minucioso análisis Kilos de más, pesos de menos: los costos de la obesidad en México que el país tiene reglas para listar el contenido de las bebidas y los alimentos pre-envasados, pero el diseño de este etiquetado no es autoexplicativo y hace falta homogeneizar los valores de referencia oficiales.

CADENA DE SECUELAS

» Un estudio presentado el miércoles 6 por José Ángel Gurría, presidente de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, establece que México destina al sector insuficientes recursos y que sus instituciones no se coordinan, lo que eleva el costo de la atención a enfermos crónicos. El resultado, explican especialistas, es que dicho mal provoca una cadena de secuelas en la salud de las familias y agrava su pobreza.

CONSECUENCIAS

» La investigadora Macías Sánchez, del CIEP, quien tiene experiencia en evaluación de programas y de impacto, seguimiento y monitoreo en el Programa Oportunidades y en la Secretaría de la Función Pública, enlista algunas consecuencias de esta situación:

» “El gasto que realizan los mexicanos en salud se considera catastrófico. Cuando un miembro de las familias vulnerables económicamente se enferma, lo más probable es que caiga en pobreza. Además, si no tiene un trabajo formal, tendrá que ir al Seguro Popular. Y si no tiene cómo atenderlo, pues a la farmacia de la esquina”.

EN RIESGO

» Según el último informe de la OCDE, las tasas de sobrepeso u obesidad en la población adulta aumentaron de 62% en 2000 a 71% en 2012, y en la actualidad uno de cada tres niños de México tiene sobrepeso o sufre de obesidad. Es decir, esos infantes corren el riesgo de contraer una enfermedad crónica a edad más temprana.

Fuentezocalo saltillo
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