Las mafias del narcotráfico tenían tomado un sector de Bogotá llamado popularmente la calle del Bronx, situado apenas a seis cuadras de la Casa de Nariño, la sede de la Presidencia, aceptaron las autoridades del país.

Mafias del crimen y el narcotráfico tenían copado un territorio de la ciudad y no estábamos dispuestos a mantener una república independiente del crimen y del tráfico de drogas», dijo María Consuelo Araujo, secretaria distrital de Integración Social.

El sábado pasado las autoridades arrasaron con la calle del Bronx, el mayor expendio de drogas de Colombia, y detuvieron a 11 personas, entre ellas dos consideradas como grandes expendedores de drogas: alias «Teófilo» y «el Flaco», jefes de finanzas y de sicarios de la organización criminal en el interior del Bronx, respectivamente.

Según Araujo, «se usaban personas vulnerables como escudos humanos. (En la calle del Bronx) se estaban violando los derechos del niño, niñas y adolescentes que fueron explotados durante mucho tiempo».

El presidente Juan Manuel Santos también entregó un balance de lo acontecido en el Bronx.

Se realizaron casi 30 diligencias de registro y allanamientos contra tres bandas que habían sido previamente identificadas (y) que operaban en este sector… Hay una operación que continúa… porque esta situación no se puede permitir, sobre todo en el centro de Bogotá, a seis cuadras del palacio presidencial», dijo el mandatario.

La víspera, el director del Cuerpo Técnico de Investigación de la Fiscalía, Julián Quintana, dijo que en la calle del Bronx fueron descubiertas «casas de pique» o de descuartizamiento de personas.

En ese expendio de drogas, aparte de prostitución de niñas y «casas de pique», enfatizó Quintana, «había perros que les eran echados a sus víctimas para que hablaran». Todo parece indicar que en oportunidades los criminales se deshacían de sus víctimas echándolas a canecas con ácidos.

Durante el operativo de allanamiento, de acuerdo con Quintana, fueron decomisadas 30 armas de fuego y unas 100 mil dosis de droga.

Unos mil 500 indigentes de la calle están siendo atendidos por la Alcaldía de Bogotá en varios albergues.

Desde el allanamiento del fin de semana por agentes antimotines y autoridades municipales, cientos de indigentes, en su mayoría drogadictos, han llegado en cifras muy superiores a lo habitual a los refugios donde tienen acceso a baños, peluquería, comida, ropa usada y atención médica y donde asistentes sociales tratan de introducirlos en programas de rehabilitación.

Allí se encontraba Eusebio Díaz, un habitante de la calle de 60 años. En sus tiempos buenos él fue corredor inmobiliario, pero desde hace muchos años la droga lo tiene acorralado. Tiene tres hijos, es separado y vivió 18 años en España.

El sábado me estaba fumando un ‘pipazo’ (combinación bazuco y cocaína) cuando pum, pum, una explosión y eso era como si se estuviera acabando el mundo y salí a correr, pero que cogieron y me llevaron en un camión de la Policía y me trajeron a este sitio donde me siento mejor, me bañé y me dieron ropa nueva», dijo.

Excelsior.

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