Los días de administrar las tierras públicas de EEUU para favorecer la conservación de especies, promover las energías renovables y luchar contra el cambio climático han cambiado. El nuevo gobierno ya ha demostrado su compromiso con promover la industria de combustibles fósiles y la exploración de minerales en todo el territorio nacional, incluyendo áreas federales.

Durante la campaña y al anunciar su gabinete, el presidente dejó claro su enorme interés en promover la explotación de hidrocarburos y el carbón a toda costa, lo que para algunos presagia un cambio importante en cómo serán manejadas las tierras públicas de Estados Unidos y en lo que eso significará para el medio ambiente local y mundial.

Las tierras públicas estadounidenses comprenden el 27% de la superficie terrestre de Estados Unidos, un área equivalente a sumar los estados de California, Texas y Alaska. En total se trata de unos 600 millones de acres de bosques nacionales, monumentos, parques, áreas de conservación y otras tierras públicas federales que son hogar de miles de especies y cientos de ecosistemas únicos.

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