Durante el eclipse lunar más largo del siglo XXI, con una totalidad de 102 minutos, que se podrá observar el próximo 27 de julio, el satélite natural de la Tierra adquirirá un color rojo o rojizo conocido popularmente como ‘luna de sangre’.

La Luna se vuelve de color rojo intenso o marrón rojizo debido a que parte de la luz solar que atraviesa la atmósfera de la Tierra se curva alrededor del borde de la Tierra y cae sobre la superficie de la luna. El aire de la Tierra también dispersa más luz de longitud de onda más corta (en colores como verde o azul). Por tanto, lo que queda es la longitud de onda más larga, el extremo más rojo del espectro.

Gran parte del Hemisferio Oriental de la Tierra verá el eclipse. El fenómeno en su totalidad será visible desde África, Oriente Medio y países de Asia central, y será visible desde el este de América del Sur cuando esté terminando, y desde Australia cuando está comenzando.

A diferencia de los eclipses solares, no se necesita ningún equipo especial para observar los eclipses lunares. Estos últimos eventos, que ocurren cuando la luna pasa a la sombra de la Tierra, pueden ser vistos con seguridad directamente a simple vista, telescopios o binoculares.

Para poder observar el fenómeno, el Observatorio Astronómico Nacional recomienza alejarse de zonas contaminadas como ciudades con luces o edificios que oculten el horizonte en dirección este.

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