CIUDAD DE MÉXICO. Nolan Bushnell no se parece a Leonardo Di Caprio. No físicamente, al menos. Por eso, sonó raro que la revista Variety  publicara el 9 de junio de 2008 que el famoso actor interpretaría el rol estelar en la biografía fílmica del fundador de Atari, un proyecto de Paramount del que después no se informó nada.

Lo cierto es que el hoy ganador del Oscar habría tenido bastante tela de dónde cortar en la historia del pionero de los videojuegos, con la que habría logrado una interpretación similar a la de otros personajes polémicos a los que dio vida.

La vida de Bushnell se parece más a la trama de El lobo de Wall Street El Gran Gatsby, si de lo que se trata es de retratar a un joven visionario y carismático que fundó una empresa en la que el placer corporal era parte de la cultura de trabajo, en cuyas oficinas se permitía beber cerveza, fumar mariguana, andar descalzo y en bermudas, y donde la conclusión de cada proyecto se festejaba con una borrachera. Paradójico que en ese ambiente casi orgiástico surgieran productos que hicieron felices a millones de niños y que hoy evocan nostalgia.

Y justo aquel pasado hedonista regresa para pasarle factura: el movimiento #MeToo rememoró conductas sexuales y laborales inapropiadas relatadas por el propio Bushnell, y de las cuales éste ofreció una disculpa vía Twitter.

Con esa sombra en una historia donde también han brillado luces, Nolan Bushnell llega mañana a sus 75 años de vida.

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